.- En la privada Petirrojos, una de las calles más bajas de la colonia Las Gaviotas, Melina Cruz Vera lleva casi una semana intentando regresar a su casa. El nivel del agua aún le llega encima de la rodilla y la peste, mencionó, “ya es insoportable”. Desde la entrada observa los restos de su sala, los colchones hinchados y los muebles deshechos que dejó la corriente del .

“Es injusto lo que estamos viviendo. Perdimos todo, todo, absolutamente todo, y todavía nos obligan a meternos a nuestras casas cuando ni siquiera se puede pasar. Hay peste, un aroma fétido muy fuerte, como de carne humana; ya varios tenemos diarrea, vómito y fiebre, y no hay brigadas médicas. Yo tuve que tomar antibióticos por mi cuenta,” contó a .

La mujer de 48 años explica que el agua se metió con fuerza la noche del 10 de octubre, destruyendo su vivienda y su patrimonio. Desde entonces, se ha refugiado en casa de su abuela mientras intenta rescatar lo poco que queda.

Lee también

“El lodo me cubrió los pies, se me quedaron enterrados los tenis, tuve que ponerme unos que encontré tirados. No he podido entrar a mi casa porque todo sigue inundado”, dijo, con cansancio.

Melina denunció que ayer los , que hicieron un censo casa por casa, los presionan para regresar a viviendas inhabitables, sin que haya maquinaria ni desazolve en las calles. “Dicen que van a hacer el , pero ni siquiera se puede pasar. Lo que necesitamos son trascabos, camiones para sacar la basura y médicos, porque aquí ya hay infección”, insistió.

También reclamó que la tragedia pudo evitarse. “El mismo presidente municipal dijo que el dinero para el muro de contención no apareció. Esa obra la debía hacer pero nunca se construyó. Si hubiera estado, el golpe de agua no nos habría destrozado así”, afirmó.

Además, acusó que el desastre se agravó por falta de previsión del gobierno estatal. “Desde que desapareció el , la gobernadora debía pagar un seguro contra desastres, pero no lo hizo. Ahora dicen que no hay dinero, y mientras tanto nosotros estamos aquí, entre la basura y la enfermedad”, reprochó.

Entre el caos, Melina encontró alivio con apoyo de sus vecinos, quienes con agua, comida y ropa. “A ellos sí hay que agradecerles, porque nos trajeron comida caliente cuando no teníamos nada”, apuntó.

Lee también

Pero, ayer, cuando entró el Ejército, la Secretaría de Marina () y equipos de protección civil insistió en que “la ayuda del gobierno llegó demasiado tarde, cuando ya empezaban los focos de infección y los niños se enfermaban”.

Desde la esquina donde se detiene cada tarde, Melina mira el interior de su vivienda convertida en un pantano. “Nosotros ya no pedimos mucho, solo que limpien, que entren con maquinaria, que traigan doctores, porque si no, aquí va a venir otra desgracia, pero de enfermedad.”

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

mahc

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses

[Publicidad]