El tablero electoral para la próxima elección de la Cámara de Diputados se reacomoda ligeramente, pero con una constante: Morena mantiene una clara delantera en intención de voto, mientras su competencia —en particular PAN, PRI y MC— disputa un lejano segundo lugar.
Así lo revela la más reciente encuesta nacional en vivienda de Buendía & Márquez en exclusiva para EL UNIVERSAL.
En la fotografía de agosto de 2025, Morena concentra 45% de las preferencias; PAN, 11%; PRI, 8%; Movimiento Ciudadano, 8%; Partido Verde, 4%, y PT, 3%, mientras 21% no declara preferencia.
El comparativo reciente sugiere estabilidad desde el inicio del sexenio. El cambio más notable tiene que ver con el ordenamiento del PAN, que parece tomar impulso para colocarse en la segunda posición. No obstante, las diferencias en la intención de voto entre el PAN, PRI y MC son similares y se encuentran dentro del margen de error. La encuesta también registra un voluminoso bloque de independientes (38%), lo que da margen para movimientos importantes durante las campañas.
La “segunda opción” de los entrevistados ayuda a intuir hacia dónde podría moverse el electorado. Al preguntar por un partido alternativo, 33% no ofrece respuesta; entre quienes sí la dan, destacan el PVEM, con 14%; el PT y MC, con 13% cada uno; PAN, con 10%; Morena, con 9%, y PRI, con 8%. Es decir, la segunda opción del electorado luce altamente fragmentada. El análisis de esta variable permite hacer dos observaciones. Primero, existe espacio para transferencias dentro del bloque oficialista: 24% de los entrevistados que prefieren algún partido entre Morena-PT y Partido Verde podrían votar por otro partido de esa misma coalición y, en menor medida, por los partidos de oposición (19%). En el caso de la oposición, 12.8% podría elegir otra opción opositora y 11% podría migrar al oficialismo. Es decir, la “tasa de retención” de ambos bloques es similar (casi 46%) pero los votantes opositores tienen mayor probabilidad de transitar hacia la coalición gobernante (42% contra 36%).
La imagen de los partidos acompaña este cuadro: Morena concentra 65% de opiniones positivas en agosto, frente a 36% del PT, 32% del PVEM, 31% de MC, 19% del PAN y 16% del PRI. Estas distribuciones ayudan a entender por qué la coalición gobernante retiene una ventaja estructural en el ánimo ciudadano, más allá de los niveles coyunturales de preferencia electoral.
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Una conclusión notable es que los ciudadanos no evalúan a los partidos a través del lente tradicional izquierda-derecha: la dimensión más importante de la competencia electoral es oposición contra oficialismo, y en ella PAN y PRI se han mimetizado. El escalamiento multidimensional puede leerse como un mapa hecho con opiniones: si dos partidos suelen gustar o disgustar a los mismos encuestados, quedan “cerca”; si despiertan reacciones opuestas, aparecen “lejos”. En esta medición, el eje “este–oeste” separa con claridad al bloque oficialista (Morena, PT, PVEM) de la oposición (PAN, PRI, MC), con Morena en un extremo y PAN/PRI en el otro, reflejando polos de simpatías y resistencias. La segunda dirección, “norte–sur”, captura otra diferencia: la experiencia de gobierno frente a las fuerzas emergentes. PAN, PRI y Morena tienden al hemisferio de partidos que han gobernado a nivel nacional; MC —y en menor medida PVEM— se ubican como alternativas más nuevas.
Las percepciones sobre alianzas y rivalidades entre partidos refuerzan el mapa político que anticipan los datos anteriores. Para una mayoría, Morena y PVEM son aliados (64%) y lo mismo ocurre con la pareja Morena-PT (63%); del lado opositor, 56% identifica al PAN y al PRI como aliados. En cambio, la relación PAN-MC es vista como alianza por solo 29% y como rivalidad por 48%, señal de que el electorado percibe a MC más distante del PAN que lo que sugiere la etiqueta “oposición”.
En conjunto, la encuesta perfila un ecosistema con tres fuerzas: un partido oficial hegemónico con simpatía mayoritaria y opiniones favorables robustas; un conjunto de partidos satélite (PVEM y PT) que refuerzan al bloque gobernante y una oposición fragmentada, con MC mejor posicionado en imagen que PAN y PRI, pero con menor capacidad de convertir esa valoración en intención de voto. El tamaño del electorado independiente y el volumen de personas sin preferencia declarada anticipan una importante volatilidad rumbo a los comicios intermedios.