
Bruselas.— Para construir una exitosa industria chocolatera y que sea capaz de abrirse paso en el competitivo mercado internacional con productos de calidad y exclusivamente nacionales, se requiere más que el anuncio oficial de que México contará con una “golosina” patrocinada por el Estado.
El cacao, la materia prima para la producción de chocolate, en cualquier versión —barra, en polvo o de mesa— es un fruto de valor altamente volátil. De acuerdo con un estudio elaborado a solicitud del gobierno de Países Bajos por Long Run Sustainability, una consultora especializada en cadenas de suministro agrícola sostenibles, el precio del cacao subió vertiginosamente de 2 mil y 3 mil dólares por tonelada en 2023 a más de 10 mil en 2024. Desde entonces, el precio ha subido y bajado, entre 6 mil y 8 mil dólares.
“Se espera que se mantenga alto a corto plazo. Debido a la inestabilidad, es difícil predecir el precio a largo plazo. Sin embargo, algunos analistas prevén que el precio se estabilice” entre las cifras de principios de 2023 y el precio récord de 2024, señala.
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Como consecuencia de la volatilidad, las empresas chocolateras están aumentando el precio de sus productos. La Agencia Europea de Estadísticas (Eurostat) informó en mayo que el precio del chocolate aumentó en la Unión Europea durante el último año en una media de 21%, aunque en Polonia el incremento fue de 39%, seguido por los Bálticos, Estonia, Lituania y Letonia, con entre 38% y 33%. Aquellas compañías que no elevaron el precio de sus barras están reduciendo la cantidad de cacao en los productos para bajar costos.
La falta de oferta es una de las razones de la fuerte subida de precios. No hay suficiente producto para satisfacer la demanda global, en parte, por la caída de la producción en Costa de Marfil y Ghana, que dominan el mercado global con alrededor de 70% de la producción mundial.
La Organización Internacional del Cacao (ICCO) estima que entre 2023 y 2024 la producción de la semilla en Costa de Marfil y Ghana disminuyó 22% y 31% respectivamente. Entre los factores que impactaron en la producción estuvieron las malas condiciones meteorológicas, el fenómeno El Niño, sequías, incendios, inundaciones y los impactos del cambio climático.
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A esto se añaden años de baja inversión productiva y la presión creada en los agricultores por el incumplimiento de los volúmenes de venta. Ghana ha sufrido en particular por prácticas de minería ilegal en zonas productoras, así como por brotes del virus del tallo inflamado de cacao que ataca a los árboles.
Políticas gubernamentales supuestamente pensadas para proteger al campesino han resultado contraproducentes. En Ghana y Costa de Marfil, los organismos reguladores fijan el precio para cada cosecha. Sin embargo, en la temporada 2023-2024 el precio establecido resultó inferior al del mercado internacional, lo que ocasionó que los campesinos no se beneficiaran de los altos precios, al tiempo que florecieron prácticas ilícitas.
Se calcula que en esa temporada, Costa de Marfil y Ghana perdieron entre 150 mil y 160 mil toneladas por prácticas de contrabando en las fronteras con países vecinos, en donde el cacao sí podía venderse a un precio de mercado más alto.
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Una exitosa industria chocolatera requiere además afrontar los retos que impone el mercado europeo, titán importador de cacao y exportador de chocolate, y máxima autoridad normativa en la materia. Las políticas dictadas por la Comisión Europea impactan en las cadenas de suministro y la producción local.
“El nuevo Reglamento de la UE sobre Productos Libres de Deforestación (EUDR) podría aumentar la presión sobre la oferta. En virtud del EUDR, las empresas deben demostrar que sus productos no proceden de tierras recientemente deforestadas ni han contribuido a la degradación de los bosques. La EUDR también prohíbe la expansión de la producción de cacao en los bosques”, señala el informe.
Debido a que más de 55% del cacao de Costa de Marfil no se puede rastrear, en Europa ha habido compras de pánico anticipando la entrada en vigor del EUDR, el 30 de diciembre entrante, aunque las pequeñas empresas dispondrán de seis meses adicionales más para cumplir la normativa.
“La industria del cacao está experimentando un cambio significativo hacia la sostenibilidad, impulsado por la demanda de los consumidores y la legislación europea. Aunque unos requisitos más estrictos plantean retos, también crean oportunidades para el crecimiento del mercado de prácticas sostenibles”, indica un estudio elaborado por ProFound, consultora holandesa especializada en desarrollo.
“Las empresas comercializadoras de cacao se están adaptando con programas de sostenibilidad para responder al creciente interés de los consumidores europeos por los contextos de producción y los impactos de sus compras”, añade.
La UE, Reino Unido y Suiza en conjunto poseen la mayor cuota del mercado mundial de cacao en grano, productos de cacao y chocolate. El mercado europeo del chocolate concentra 43% del valor mundial y sus importaciones abarcan 58% del cacao en grano que se vende al extranjero a nivel planetario. Además, alberga los mayores centros de comercio de cacao del orbe. Por los puertos de Países Bajos circula 20% de los granos producidos a nivel planetario, equivalente a 49% de las importaciones totales europeas. Detrás aparece Bélgica, con 312 toneladas; Alemania, con 185, y España con 90 mil.
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Suiza alberga las oficinas comerciales de muchas de las mayores empresas de cacao y chocolate: Cargill, Hershey, Nestlé y Barry Callebaut.
Datos de la firma Chocosuisse & Caobisco muestran que nadie come más chocolate que los europeos. Los suizos encabezan la lista per cápita con 10.6 kilogramos; seguido por los daneses, con 10.5; italianos, con 9.6; estonios, con 9.4 kg, y alemanes, con 8.9 kilogramos.
“El mercado europeo del cacao es amplio y diverso, con oportunidades para proveedores de distintos tamaños y perfiles. Los segmentos de mercado más interesantes para cada proveedor dependen de su calidad de cacao, tipo [granel o especialidad], volumen y si el cacao está certificado o forma parte de un programa de sostenibilidad”, indica el reporte.
“Tenga en cuenta que muchos compradores de cacao exigen ahora el cumplimiento de la nueva legislación de la UE, incluida información adicional sobre trazabilidad y cartografía GPS”, concluye.