A un año del inicio de la llegada de al frente de la , su gobierno ha destacado por un enfoque social con la dispersión de programas sociales, así como la reducción de delitos y disminución de percepción de inseguridad, coinciden especialistas.

No obstante, ven áreas de oportunidad ante el déficit en el mantenimiento de infraestructura urbana y movilidad, además de que ha sido un gobierno más reactivo que proactivo ante las emergencias que ha enfrentado la ciudadanía, entre las que están las inundaciones o la explosión de la pipa de gas en Iztapalapa.

Salvador Mora Velázquez, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, afirma que la gestión de Brugada Molina ha tratado de retomar la narrativa que se ha construido desde el gobierno federal, con lo que se ha dado resultados desiguales en temas como salud, educación o infraestructura.

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“Es un gobierno que llegó con un porcentaje de votación alto, en el cual, habría que resolver qué tanto es la inercia de una gestión que se vio beneficiada por el gobierno federal, es decir, el arrastre popular. Esto ofrecía un panorama de un gobierno fuerte, que venía con altas expectativas. Sin embargo, me parece que al devenir de la gestión, se ha visto envuelto en decisiones que están insertas en la dinámica de un discurso y acciones federales que impactan en lo local, en materia de salud, de educación, infraestructura”, indica.

Ante emergencias que se han suscitado en este primer año de gestión -como las inundaciones a causa de las lluvias intensas que han causado estragos sobre todo en zonas de Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, o las manifestaciones por la gentrificación que tuvieron lugar en julio pasado-, Mora Velázquez considera que la respuesta del gobierno “ha sido fallida en varios planos”, por ejemplo, en la forma de comunicarse con la ciudadanía al llevar los temas a una dimensión ideológica y señalar que “en el pasado las cosas estaban peor y que ahora ya no pasan cuando están ocurriendo y hay evidencia de que ocurren”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el especialista advierte aspectos que se deben retomar, entre los que señala el programa de bacheo o el reencarpetamiento de vialidades, dado que hay ineficiencias, además de críticas por parte de la población.

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Ante hechos como las manifestaciones por los altos costos en las rentas y la falta de viviendas, principalmente para atender la demanda entre los jóvenes, para lo que la mandataria anunció una serie de medidas y el Bando Uno contra la gentrificación, afirma que estas decisiones son “un bote pronto” para atender un problema que es mayúsculo en la capital.

“Hay varios ejemplos no menores que evidentemente muestran una alineación entre las políticas, el discurso que desde el poder presidencial federal establece como narrativa, y que el gobierno local ha tratado de replicar y que ha tenido resultados desiguales en ese sentido y al mismo tiempo una percepción que yo diría no favorable frente a las evidencias que podemos ir encontrando”, señala.

Por separado, José Antonio Salazar Andreu, académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, advierte que en la administración de Brugada Molina hay “luces y sombras”.

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Como aspectos positivos destaca un buen desempeño de las finanzas públicas que incluso ha permitido desendeudar “un poco” a la ciudad, la continuidad respecto al gobierno anterior en cuanto al gasto social, con las Utopías y el Sistema Público de Cuidados como novedades; así como reducción en la percepción de inseguridad y en los crímenes de alto impacto.

En cuanto a “las sombras” de este primer año, Salazar Andreu advierte que si bien se han destinado recursos para los programas sociales, no es así en aspectos como el mantenimiento de la infraestructura, la cual ha presentado problemas durante esta temporada de lluvias, además de la falta de mantenimiento en el Metro y el ámbito de la movilidad.

Ante esto, advierte que “tiene que hacerse un plan a largo plazo para no ser tan reactivos, poder tomar ciertas acciones preventivas para que se minimicen los impactos que puedan tener ciertas contingencias como las lluvias; o bien, temas de seguridad vial como pasó con el desafortunado accidente de la pipa de gas, que más bien hubo una reacción, pero se encontraron muchas áreas de oportunidad en el manejo de la crisis de manera preventiva”, dice.

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En tanto, César Pineda, doctor en Ciencias Políticas y Sociales y profesor investigador del Instituto Mora, señala que desde la campaña, el gobierno de Clara Brugada estaba orientado a ser un gobierno social y con presupuesto orientado a la seguridad pública. No obstante, señala que “hay un déficit” en términos presupuestales en cuanto a infraestructura, la cual -coincide- se vio rebasada en esta época de lluvias; al igual que en movilidad, pues la CDMX se ha convertido en una de las ciudades “más lentas” y con un sistema de transporte desbordado.

“Me parece que aunque presupuestalmente se le otorgó bastante dinero a obras, requiere aún más debido a una ciudad que se ha construido de manera insostenible, con una política hidráulica que viene desde hace más de 100 años que es insostenible, y que esto la opinión pública no tiene claridad de lo que está sucediendo”, indica.

Asesinato de colaboradores

Uno de los acontecimientos que marcaron el inicio de su administración, fue el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos de la jefa de Gobierno, ocurrido la mañana del 20 de mayo, apenas siete meses después de que tomó las riendas de la administración capitalina.

Este hecho, representa “la profundización de la crisis” de los grupos criminales que afectan a todo el país, que si bien no es nuevo, cada vez alcanza más a altas esferas de la clase política, señala César Pineda, doctor en Ciencias Políticas y Sociales y profesor investigador del Instituto Mora.

Sobre esto, José Antonio Salazar Andreu, de la Universidad Panamericana, advierte que el lamentable hecho preocupa a la ciudadanía de pie “porque nos sentimos muy expuestos” ante la violencia.

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“Es decir, si a este nivel de cercanía, pueden ser víctimas de este tipo de criminales, entonces, ¿qué nos puede esperar a los ciudadanos de a pie de la ciudad? (...) ¿Qué nos preocuparía? Que empezara a ser mucho más activo, más violento, el crimen organizado en la Ciudad de México, porque los ciudadanos en general estaríamos pagando este tema”, dice.

Señala que habrá que esperar cómo evoluciona el tema pues aún no se sabe mucho al respecto, aunque por lo pronto, dice “consuela” que la percepción de inseguridad ha disminuido, pero “este crimen fue muy mediático y fue al centro del poder por la cercanía de las personas que sufrieron el atentado”.

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