Las intensas lluvias que han roto récords en la Ciudad de México en los últimos meses son “eventos extremos” que se han incrementado por factores como el cambio climático y la isla de calor de la propia capital, coincidieron especialistas.
Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explicó que desde que inició esta temporada de lluvias ha sido “muy atípica”, toda vez que en junio llovió casi el doble de lo habitual y en agosto, 46% más que en otros años.
“Lo que nos están diciendo [estos datos] es que el comportamiento de esta temporada ha sido muy atípico, principalmente debido a que hay estos sistemas que hacen llover, que principalmente son las ondas del Este. Pocas personas lo conocen, muchos le dicen ondas tropicales, pero siempre están, todo el tiempo, desde mayo hasta noviembre, y han hecho que llueva mucho en la Ciudad de México”, indicó.
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Ante la pregunta de ¿por qué 2025 ha sido muy distinto a otros años?, Domínguez dijo que si bien no se puede dar una respuesta contundente de por qué este año se han presentado lluvias más activas, gran parte se debe a que estas ondas no se han convertido en ciclones tropicales, “que es lo que usualmente ocurre en otras temporadas. Habría que hacer estudios para determinar por qué han sido tan activas”.
Advirtió que el pronóstico climático indica que la temporada de lluvias terminará en noviembre, “y vamos a seguir igual, en la misma tendencia. Vamos a seguir teniendo eventos extremos, va a seguir siendo una lluvia que es más grande, es más en cantidad de lo que usualmente tenemos en otros años”.
La especialista mencionó que estos eventos extremos tienen que ver con varios factores. Por una parte, está latente el cambio climático, que es un problema de todo el planeta, no sólo de la Ciudad de México, pero además, está la isla de calor (acumulación de edificios y pavimento y poca vegetación).
“Esta isla de calor lo que hace es que cualquier sistema de nubes que pase, aumenta y vuelve más violenta la convección, es decir, es más lluvia de la que debería de ser sin la presencia de la isla de calor; esto, reforzado con condiciones de cambio climático, es lo que estamos viviendo: eventos más extremos que están pasando de manera más continua que en otros años”, opinó.
Fabiola Sosa Rodríguez, jefa del Área de Crecimiento y Medio Ambiente de la UAM Azcapotzalco, explicó que la temporada de lluvias está asociada a la de huracanes, e históricamente se presenta entre junio y octubre, pero dependiendo de distintos fenómenos climáticos, puede haber variaciones tanto en los periodos como en la intensidad y frecuencia de las lluvias.
“Venimos saliendo de un periodo de sequía desde 2018, y este año con la entrada de la Niña cambió esta dinámica y estamos teniendo lluvias extraordinarias o atípicas, esto no necesariamente implica que en 2026 se van a presentar con esta misma frecuencia e intensidad las lluvias, podríamos regresar a un periodo de sequía”, apuntó.
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Añadió que cuando una precipitación supera los 30 milímetros por hora corresponde a lluvias “muy fuertes”, que usualmente suelen exceder la capacidad del sistema de drenaje de la Ciudad de México.
Sin embargo, advirtió que las de esta temporada ya no son lluvias muy fuertes, pues entran en el rango de lluvias que se conoce como “torrenciales”, es decir, aquellas que están por arriba de los 60 milímetros por hora y cuyas afectaciones tienden a ser mayores.
“Por ejemplo, el 2 de septiembre se registraron lluvias de 60 milímetros sobre todo en la zona nororiente de la CDMX, que afectó principalmente a la GAM, Venustiano Carranza, Iztacalco y parte de Iztapalapa; estas lluvias, por la magnitud que tienen, suelen ser eventos extraordinarios y en cualquier ciudad del mundo pueden colapsar los sistemas de drenaje porque son lluvias no esperadas de muchísima intensidad”, señaló Sosa Rodríguez.
Anahí Ramírez Ortiz, especialista en Desarrollo Urbano Sustentable en la Universidad La Salle, mencionó que el cambio climático “ya es una realidad”, por lo que este tipo de fenómenos dejarán de ser “atípicos”.
“Hay varios factores que influyen, la deforestación, cambios en el suelo, los fenómenos como el Niño o la Niña, las temporadas de huracanes; todo se va a volver cada vez más intenso porque los ciclos del agua se están volviendo cada vez más intensos”.
El pasado 30 de junio, José Mario Esparza Hernández, secretario de Gestión Integral del Agua (Segiagua), explicó durante una conferencia de prensa que los cambios en las lluvias que se han presentado en esta temporada son parte de los efectos del cambio climático, que implica un clima cada vez más extremo. Es decir, veranos con días muy calientes, inviernos con días muy fríos y temporadas de lluvias con mucha agua.
Al respecto, Julia Álvarez Icaza, secretaria del Medio Ambiente capitalina, señaló que el cambio climático se traduce en que las lluvias de este tipo [torrenciales] “están dejando de ser atípicas”.
“¿Por qué el calentamiento global afecta a las lluvias y por qué estamos viendo estos fenómenos tan torrenciales de caída de lluvia? Lo que pasa es que producto del fenómeno del calentamiento global, la atmósfera puede retener más humedad; porque está más caliente, y entonces lo que antes era un ciclo del agua normal, ahora retiene mucha más humedad y de repente se dejan caer lluvias torrenciales, porque la retención de humedad es mucho mayor”, dijo.