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La mandarina es una de las frutas más populares por su sabor dulce, su practicidad al pelarla y sus múltiples beneficios para la salud.
Sin embargo, muchas personas suelen retirar los “hilos blancos” que rodean los gajos antes de comerla, por considerarlos molestos o poco apetitosos. Pero ¿realmente es necesario quitarlos? Aquí te lo decimos.

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¿Qué son los "hilos blancos" de la mandarina?
Los “hilos blancos” que encontramos al pelar una mandarina se llaman albedo y forman parte del sistema vascular de la fruta. Se trata de fibras que conectan la cáscara con los gajos y ayudan a transportar nutrientes durante el crecimiento del fruto.
El albedo es una estructura esponjosa, de color blanco, compuesta principalmente por pectina y fibra vegetal. Aunque muchas veces se desecha por su textura seca o sabor menos dulce, es inofensiva en el consumo.
¿Se pueden comer los hilos blancos de la mandarina?
Comerse los hilos blancos de la mandarina no solo es seguro, sino que también puede aportar beneficios para la salud.
Y es que estos filamentos son ricos en fibra dietética, lo que ayuda a mejorar la digestión y a mantener niveles estables de glucosa en sangre. Además, contienen flavonoides (como la hesperidina), que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Para personas que buscan mejorar su tránsito intestinal o mantener una dieta rica en fibra, consumir el albedo puede ser una pequeña pero significativa ayuda.
Su consumo también puede contribuir a una mayor sensación de saciedad, lo que resulta útil para quienes intentan controlar su peso.

¿De qué otra manera aprovechar los hilos blancos de la mandarina?
Si los hilos blancos no resultan agradables al paladar, una alternativa es integrarlos en preparaciones culinarias.
Al contener pectina, pueden ser utilizados como espesante natural en mermeladas o jaleas caseras, en combinación con la cáscara y el jugo de la fruta. Sólo basta con triturar los restos del albedo y cocinarlos a fuego lento junto con azúcar y la pulpa de la mandarina para lograr una mezcla deliciosa.
Otra forma de aprovecharlos es en una mezcla con ralladura de la cáscara para crear un polvo cítrico que puede aromatizar postres, yogures o tés. Incluso se pueden incluir en smoothies, ya que no afectan el sabor y mejoran la textura.
Lejos de ser un desecho, los “hilos blancos” de la mandarina son una fuente natural de fibra y nutrientes que muchas veces ignoramos. Comértelos no solo es inofensivo, sino recomendable si deseas aprovechar al máximo la fruta.
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