
La fruta en la dieta diaria trae un sinfín de beneficios para la salud por la variedad de sus nutrientes. Pero a veces, por cuestiones de tiempo o rutina, se nos hace fácil comprarla en cócteles de frutas o en puestos ambulantes.
¿Sabías que esta no es una buena idea? En Menú te explicamos por qué deberías cortarla tú mismo en casa.

Comprar la fruta completa podría ser más seguro que optar por la que ya viene cortada. Foto: Freepik
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¿Por qué no se recomienda comprar fruta cortada?
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la fruta aporta nutrientes esenciales para el cuerpo. Por lo general, suele consumirse en estado fresco (como en jugos o postres) gracias a su sabor dulce-acidulado, así como por su aroma intenso y agradable.
Esta misma fuente añade que su cáscara es el “mejor estuche” de protección contra sustancias dañinas y que muchas veces se acumulan durante el proceso de cultivo, almacenamiento y transporte.
Comer fruta previamente picada es un hábito común, ya que es fácil de encontrar en supermercados, fruterías, puestos ambulantes y tiendas de abarrotes. Aunque como en todo, tiene ventajas y desventajas.
Si hablamos de los beneficios de dicha práctica, sin duda la practicidad encabeza la lista. No obstante, el lado negativo es que su precio suele ser más alto a comparación de la fruta entera.
Según el sitio estadounidense Dine Market, esto se debe a los costos de manufactura y, especialmente, al empaque en el que se presenta el producto final.
Además, se desaconseja comprar fruta cortada porque, al retirar su cáscara, la barrera natural de protección se sustituye por un envoltorio (muchas veces de plástico) que al desecharse genera un impacto ambiental negativo.

La fruta cortada es una alternativa práctica para quienes buscan comer rápido. Foto: Freepik
¿Es saludable comer fruta picada?
Si bien la fruta picada parece ser una alternativa rápida de consumo, es importante tener precaución porque ha sido manipulada previamente y, al carecer de su cáscara protectora, incrementa su riesgo de contaminación.
Por ejemplo, en 2024, el sitio especializado Healthline ha publicó un artículo en el que desaconsejaba la compra de melón pre-cortado sin conocer su origen. Al mismo tiempo que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos advertía sobre un brote de alimentos contaminados con salmonella.
En el texto de Healthline, el Doctor Patrick Penfield, profesor de la Universidad de Syracuse, explicó que dicha contaminación puede ocurrir en distintas etapas de la cadena de suministro.
De igual manera, la plataforma de información ciudadana Comunidad de Madrid indicó que, durante el proceso de producción, transporte o almacenamiento, las frutas pueden contaminarse con bacterias como la Salmonella, Listeria o Escherichia coli.
Si son manipuladas (al ser peladas o cortadas), esos agentes patógenos pueden transferirse fácilmente a la parte comestible, ya que su cáscara protectora ha sido removida.
Y ya sea al tocarlas con las manos sucias o por el uso de superficies y utensilios contaminados (entre ellos, cuchillos o tablas de cortar) la fruta picada corre peligro.
Por otra parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) advierte que si la fruta cortada se conserva a temperatura ambiente, bacterias como la salmonella pueden multiplicarse sin que se perciba un deterioro en su aspecto.
Finalmente, afecta su composición nutricional porque se acelera la pérdida de agua y se reduce la concentración de vitaminas hidrosolubles. Por lo tanto, su periodo de consumo disminuye.

Aunque práctica, la fruta cortada puede tener menor vida útil que la fruta completa. Foto: Freepik
Consideraciones para comer fruta cortada
Si se desea consumir la fruta en esta presentación, la Comunidad de Madrid sugiere:
- Descartar el corte de las frutas muy maduras o que tengan heridas y hendiduras en la superficie.
- Conservar la fruta picada, pelada y los jugos no pasteurizados a una temperatura inferior a 4 °C.
- Permitir que las frutas voluminosas cortadas (como el melón, sandía, papaya y piña) permanezcan a temperatura ambiente por un máximo de 3 horas.
- Revisar que los establecimientos que vendan fruta picada cuenten con un control de tiempo y temperatura.
- Preferir la fruta picada en pequeñas cantidades y consumirla a la brevedad posible.
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