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Ya es temporada de pan de muerto, un postre que conmemora a los difuntos y que es disfrutado por muchos comensales durante los meses de octubre y noviembre. Si bien este pan es un favorito en la ofrenda, ¿te has preguntado cuánto es suficiente comer?
En Menú te contamos cuántas calorías tiene el pan de muerto y de qué está hecho, para que tomes decisiones informadas y mantengas una dieta balanceada.

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¿De qué está hecho el pan de muerto?
Uno de los panes más representativos de la panadería tradicional mexicana, el pan de muerto es un elemento esencial de las celebraciones del Día de Muertos en nuestro país. Además de formar parte de la ofrenda, es un alimento con un profundo origen simbólico.
Erika María Méndez Martínez, antropóloga del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, en colaboración con la revista Ciencia UNAM, señala que el pan de muerto podría haberse originado en el México prehispánico, donde ya se elaboraban panes a base de amaranto y maíz seco con el propósito de representar a los dioses.
La especialista comenta que fuentes históricas, como Fray Diego de Durán y Fray Bernardino de Sahagún, describen preparaciones hechas con pan ázimo sin cal, amaranto y miel de maguey que representaban la figura de un dios y grandes huesos. Este alimento estaba vinculado con la diosa prehispánica Cihuapipiltin, encargada de velar por las mujeres que fallecían durante el parto.

Con la llegada de los colonizadores españoles, el pan de muerto evolucionó tanto en receta como en significado, incorporando nuevos ingredientes y creencias religiosas. Según datos de Ciencia UNAM, la receta escrita más antigua del pan de muerto corresponde a 1938, en el recetario Repostería Selecta de Josefina Velázquez de León.
Hoy en día, el pan de muerto presenta gran diversidad según la región del país. No obstante, el más común, señala Larousse Cocina, diccionario gastronómico, se prepara con harina, sal, azúcar, levadura, agua, mantequilla, huevo y, en ocasiones, semillas de anís o ralladura de naranja.
Esta versión, popular en la zona centro, simboliza un montículo de tierra que cubre el féretro. De él sobresalen la tapa de un supuesto cráneo, llamado por algunos panaderos mollera o nariz, y los huesos largos de brazos y piernas.
Importante en la ofrenda del 1 y 2 de noviembre para conmemorar a los difuntos, este pan también es disfrutado por los vivos durante gran parte del otoño. Pero, ¿qué tan saludable es?

¿Es nutritivo comer pan de muerto?
Si bien es un postre disfrutado por muchos durante el Día de Muertos, es importante tener consideraciones al momento de incorporarlo en la dieta diaria.
El sitio especializado en salud alimenticia, Elige Nutrición señala que el pan consumido antes de la Conquista resultaba más nutritivo que el popularizado en la actualidad. Al ser preparado con semillas de amaranto molidas, aportaba beneficios adicionales como proteínas, vitamina A, vitamina C y fibra.
En su versión moderna, gracias a la introducción de ingredientes como el trigo y el azúcar, su aporte nutricional ha cambiado. Según la fuente, el pan de muerto equivale a tres cereales más tres grasas en un plan de alimentación estándar. Por ello, aunque es rico en cultura y tradición, se recomienda su consumo con moderación.

Por su parte, la nutrióloga Itzel Valtierra Martínez, del Área de Nutrición y Salud de la División de Promoción a la Salud, en el Blog del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), destaca que un pan de muerto tradicional contiene aproximadamente 400 kilocalorías.
El IMSS sugiere comer solo la mitad y acompañarlo con café o té sin azúcar, lo que representa alrededor de 200 de las 1,500 kilocalorías recomendadas para personas con sobrepeso u obesidad. Asimismo, recomienda tener en cuenta otros alimentos de la ofrenda si serán consumidos y aplicar la estrategia del Plato Saludable.
La nutrióloga también advierte que algunos alimentos típicos de la ofrenda, como atoles, bebidas azucaradas, pan de muerto y dulces tradicionales, son altos en calorías y azúcares, por lo que conviene evitarlos en caso de padecer alguna enfermedad crónica.

Elige Nutrición añade como recomendación optar por la versión tradicional del pan de muerto, evitando las combinaciones modernas con rellenos, glaseados o toppings adicionales. Recordar que una alimentación equilibrada permite la inclusión y no la restricción de alimentos, es clave para disfrutar de esta tradición de manera saludable.
El pan de muerto no solo es un símbolo cultural, también puede disfrutarse como parte de una dieta balanceada si se consume con moderación. Más que prohibirlo, la clave está en acompañarlo de elecciones saludables que permitan mantener viva la tradición sin descuidar la salud.
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