Las violaciones tumultuarias crecieron casi cuatro veces en la Ciudad de México, de 2018 a 2024, de acuerdo con un análisis de la Unidad de Periodismo de Investigación y Datos. En 2018 se registraron 22 víctimas, y para 2024 esta cifra creció a 96. El pico de los registros ocurrió en 2023, con 108, y se focalizó en la modalidad de violación tumultuaria equiparada. En total, 377 personas sufrieron violaciones tumultuarias en el periodo analizado.
Cinco de cada 10 víctimas tienen de 15 a 25 años. La edad de la víctima más joven es de tres años, y la más grande es una mujer de 80 que fue violentada en 2024 en la alcaldía de Iztapalapa. El 96% de los registros corresponden a mujeres, pero se encontraron 15 casos de hombres con edades que rondan de los 18 a los 40.
Para el análisis sobre las víctimas de violación tumultuaria se emplearon los datos abiertos de incidencia delictiva de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México de 2020 a 2024 y los años 2018 y 2019 se obtuvieron vía Ley de Transparencia.
También se conocieron, vía petición de información, las carpetas de investigación iniciadas por la Fiscalía. En total, 431 carpetas fueron abiertas en el periodo de 2018 a 2024. Sólo 18 llegaron a juicio.
La violación tumultuaria implica la participación de dos o más personas, de acuerdo con el código penal capitalino y es considerada un agravante del delito de violación. Para este trabajo se analizaron sus tres modalidades: violación tumultuaria, violación tumultuaria equiparada, catalogada de esta forma porque la víctima está insconciente o no tiene la capacidad de resistirse al acto, y violación tumultuaria por un conocido.
El análisis muestra que el 20% de las denuncias por violación tumultuaria se tardan alrededor de una semana en ser interpuestas, pero incluso hay casos -17- en donde la víctima denunció más de un año después de la agresión.
Se realizó una búsqueda hemerográfica para rastrear casos de violaciones tumultuarias en la capital, pero no se encontraron registros en el periodo de análisis.
El problema es mayor
La cifra de violaciones tumultuarias registradas es mínima en comparación con la realidad, ya que las personas acuden poco a denunciar delitos sexuales ante la revictimización que viven en la Fiscalía, considera Laura Martínez, directora de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas A.C.
“Las personas que viven violencia sexual viven dos formas de victimización”, señala Martínez, quien desde 1987 ha conocido casos de violación tumultuaria y acompañado a víctimas. “La primera es la de las personas que los están violando. Y la victimización secundaria es la que ejerce el aparato de justicia para determinar un delito sexual… porque ponen en tela de juicio todo lo que dices”, asegura.
La cifra negra de denuncia de delitos sexuales en México es de 95%, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2025.
Además, Martínez considera que existe una deficiente clasificación de los delitos vinculados con la violencia sexual.
Buscan mejorar
Marisol Flores, fiscal de Investigación de Delitos Sexuales de la Ciudad de México, reconoció las cifras presentadas en este trabajo, pero no ahondó en las razones del incremento en el periodo de análisis.
“Estamos ante una situación en la que es importante poner el dedo”, afirma la fiscal que lleva siete meses en el cargo.
Respecto a la revictimización a la que se enfrentan quienes sufrieron violencia sexual por parte de los ministerios públicos, Flores considera que es atribuible a las formas en que han sido diseñados históricamente los procesos: largas esperas, repetir testimonios ante varios funcionarios e insensibilidad.
La funcionaria destaca como una de sus principales apuestas la creación en abril pasado de la Agencia de Investigación de Delitos Sexuales en agravio de Niñas, Niños y Adolescentes (FIDCANNA). La oficina busca que las víctimas que acaban de vivir un momento traumático no tengan que pasar por un “monstruo” institucional.
“Hicimos una puerta de entrada específica para ellas”, asegura. “Estamos trabajando para que esa puerta de entrada no sea la misma que las víctimas han conocido durante años”.
La Fiscalía está en un proceso de reestructuración. Se trata de revisar modelos de gestión, dónde ocurren los cuellos de botella y establecer estrategias diferenciadas para cada uno de los casos. Reconoce que se encontró con una Fiscalía y ministerios públicos con deficiencias en la segmentación de los casos.
Sobre la poca cantidad de investigaciones que lograron llegar a un juicio, la fiscal expone una problemática que ha identificado: las autoridades que investigan un caso son diferentes a quienes lo presentan ante un juez, lo que genera una barrera de comunicación.
Otra de las limitantes que la Fiscalía ha encontrado es referente a la violación tumultuaria equiparada, ya que en ocasiones las víctimas tienen dudas sobre si realmente les pasó. “Hay algunas que no denuncian inmediatamente y eso es algo que incentivamos: por favor, vengan aunque tengan dudas”, pues así están a tiempo de recabar mayor información, señala Flores. “Esa concientización de que esto es un delito y que no debió de haber pasado es importante analizarlo a la luz del contexto en el que estamos como sociedad”.
Flores afirma que durante su gestión uno de los principales objetivos es promover que “haya un ejercicio mucho más consciente de la investigación y la judicialización, que no sea solamente un requisito de ‘te la paso’ para cumplir números”.
Créditos:
Daniela Guazo y Mariana Betanzos
Visualización de datos: Gilberto León