Después de un mes de que sus sembradíos no fueran bendecidos con el agua de la vida, campesinos de Ahuejutla, descendientes del pueblo de la lluvia (ñuu savi), decidieron recurrir a un ritual heredado por sus padres y abuelos
En burros o a pie más de 70 familias subieron al Yuki Savi (cerro de la lluvia) para homenajear a San Marcos
Redacción
La mayoría de las familias de Ahuejutla se encuentran en pobreza, viven de la migración y la siembra de maíz
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Lleva unos 40 minutos subir hasta la cima del cerro de la lluvia, se encuentra a 2 mil 300 metros de altura
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Yuki Savi: la última esperanza de los hombres del maíz; la sequía pone en riesgo sus cultivos y piden a San Marcos abundancia y agua del cielo