El barrio de Jalatlaco, en la ciudad de Oaxaca, es uno de los que más alojamientos en renta ofrecen y más demanda tienen en la aplicación Airbnb. Foto Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
El barrio de Jalatlaco, en la ciudad de Oaxaca, es uno de los que más alojamientos en renta ofrecen y más demanda tienen en la aplicación Airbnb. Foto Edwin Hernández / EL UNIVERSAL

Oaxaca de Juárez.— En los últimos años, la ciudad de ha vivido una transformación que, para algunos trae el encarecimiento de la vida cotidiana, precarización del empleo y desplazamiento de comunidades; para otros, se incentiva el , se generan empleos y se contribuye a mejorar los espacios públicos.

De acuerdo con el informe Gentrificación Turística, realizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) del Congreso del estado, los municipios gentrificados de Oaxaca “se han enfocado en la atracción del turismo con fines económicos”, colocando esos intereses sobre los valores sociales.

También señala efectos positivos o la otra cara de la gentrificación. El estudio asegura que este fenómeno incentiva el turismo y con ello el crecimiento de negocios locales, se logra una revalorización de propiedades, de entornos y de tradiciones, así como generación de empleos, mejoramiento y limpieza de espacios públicos e incremento de ingresos fiscales.

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Un informe del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) del Congreso del estado señala que la gentrificación en la entidad se enfoca en la atracción del turismo. Foto Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
Un informe del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) del Congreso del estado señala que la gentrificación en la entidad se enfoca en la atracción del turismo. Foto Edwin Hernández / EL UNIVERSAL

Sin embargo, para Mario Quintero, integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Ist-mo en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIIDTT), la situación es muy diferente.

Considera que junto a la gentrificación se da lo que llama “turistificación”, que ha desplazado comunidades y encarecido la vida cotidiana, así como la privatización del espacio urbano y rural.

“Están despojando a miles de personas de su derecho a vivir donde nacieron, desplazando comunidades enteras, encareciendo la vida cotidiana y reduciendo nuestras calles a decorado al servicio de intereses financieros”, expone.

En cambio, la investigadora y consultora independiente Mabel Yescas sostiene que no todos los aumentos de precios en Oaxaca están relacionados con el proceso de gentrificación.

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El boom del hospedaje

El compendio estadístico del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2020 advierte que en Oaxaca residen 22 mil 659 extranjeros, lo que equivale a 0.55% de la población total del estado; un incremento de 403% comparándolo con el año 2000.

De acuerdo con el informe del CESOP del Congreso del estado, el número de servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles en la entidad ascendió a mil 630; los cuartos de hotel, motel o similares son 572 mil 811; hoteles, moteles y similares, mil 490; servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, 35 mil 120, y mil 831 establecimientos de alojamiento temporal.

En el estado de Oaxaca, señala el documento, hay 8 mil 400 alquileres activos en la plataforma Airbnb, donde la entidad tiene un puntaje asignado de demanda alto: siete de 10, el cual se calcula comparando el rendimiento de este mercado con los 2 mil principales mercados globales.

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La ciudad de Oaxaca de Juárez (que incluye a municipios conurbados a la capital del estado) es la que más alquileres activos tiene en esta plataforma con un total de 2 mil 955, de los cuales mil 455 corresponden a la renta de casas completas, mil 479 habitaciones y 21 habitaciones compartidas. Las áreas de la ciudad con mayor cantidad de alojamientos en renta dentro de la aplicación son Jalatlaco, Xochimilco, Centro Histórico, San Felipe del Agua, Colonia Reforma, Ex-marquezado y Santa Rosa Panzacola.

En Huatulco, la segunda ciudad del estado con mayor número de alquileres activos, suma mil 199; Santa María Colotepec, mil 146; San Pedro Mixtepec, 902; Santa María Tonameca, 638; y San Pedro Pochutla, 417.

La regulación

En noviembre de 2024 los diputados de la 65 Legislatura del Congreso de Oaxaca aprobaron reformas a Ley de Turismo del Estado para la creación de un Padrón de Anfitriones y el Padrón de Plataformas Digitales con el objetivo de atender el “fenómeno de la gentrificación”.

Con esta reforma, las plataformas digitales, a través de su representante legal, tienen la obligación de incorporarse a dicho padrón y mantener vigente su registro, que tendrá vigencia de un año.

Los anfitriones (las personas que rentan sus propiedades como hospedaje a través de la plataforma) deben presentar, entre otros requisitos, la constancia y el folio de registro otorgado por la Secretaría de Turismo al momento de realizar la inscripción en el Padrón de Anfitriones, como requisito indispensable para ofertar los inmuebles.

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También deberá proporcionar bimestralmente un reporte que incluye el número de noches ocupadas y las quejas recibidas. De no hacerlo, se les da de baja del padrón.

Asimismo, obliga a los propietarios de inmuebles a “cumplir con las obligaciones en materia fiscal”. Todo lo anterior, a fin de que las autoridades vigilen el correcto funcionamiento en la prestación de este servicio turístico de hospedaje.

No todo es gentrificación

El integrante de la APIIDTT, Mario Quintero, asegura que la gentrificación es una nueva forma de despojo, y que las políticas públicas orientadas al turismo tienden a “folclorizar” las culturas originarias, las convierten en atractivo turístico y las venden “al mejor postor”, mientras las propias comunidades son desplazadas o empobrecidas.

“Detrás de estos discursos hay una estrategia clara de mercantilización del indígena, lo comunitario y lo ancestral, usada como envoltorio para traer la inversión sin ningún respeto real por la autodeterminación, el territorio y la vida digna de estos pueblos. Las comunidades indígenas no necesitan ser visibilizadas a través del turismo, sino reconocidas y respetadas en su lucha por la tierra, el agua, la vivienda y la autonomía. No son patrimonio para el consumo, son sujetos políticos”, denuncia.

Mabel Yescas, por su parte, sostiene que no todos los problemas se pueden valorar como resultado de la gentrificación.

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“El aumento de precios no necesariamente tiene que ver con la gentrificación, así como el aumento en alojamientos temporales.

“Oaxaca nunca ha sido barata en términos de vivienda e inmuebles”, recuerda Yescas.

Explica que también se debe a la escasez de suelo bajo el régimen de propiedad, y que la comunal y ejidal abarcan la mayoría del territorio, lo que no ha cambiado por intereses políticos, de los comuneros o de los ejidatarios. A esto se suma el aumento en los costos en materiales y construcción en Oaxaca, que también está enfocado a un mercado relacionado con la actividad turística, “porque es la política económica del gobierno, pese a que muy pocos viven del turismo”.

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