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Torreón.— A un año de la desaparición de Pablo Jared Vallejo Adame, su madre, Janeth Adame, está convencida de una cosa: “la gente no desaparece, a la gente la desaparecen”.
En este caso, que ha sacudido a la región Laguna por lo inverosímil de las situaciones y los vacíos en las investigaciones, ninguna autoridad puede determinar lo que le pasó al joven de 23 años, hoy de 24.
Pablo Jared se dirigía a la comunidad de Laguna del Rey el 30 de julio de 2024. Trabajaba para una empresa que daba mantenimiento a impresoras. Era la cuarta ocasión que viajaba a esta comunidad ubicada en el municipio de Ocampo, a unos 200 kilómetros de Torreón. Sin embargo, en esa ocasión las ubicaciones señaladas en el GPS del automóvil y celular de la empresa indicaron que Pablo Jared tomó otra ruta: se desvió por el ejido Albia, atravesó La Flor, Santoña y se dirigió con rumbo a Tlahualilo, Durango.
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“Nosotros sí creemos que mi hijo fue desviado del camino por alguna circunstancia y que hay una posibilidad que sí pudieron haber sido policías”, relata la madre.
Pablo Jared conducía a casi 100 kilómetros por hora, un defecto que tenía según su madre, cuando se topó con un retén policíaco en La Concha, a unos metros del Territorio Santos Modelo. Después de ello, su automóvil no volvió a retomar la velocidad.
“Ahí quisiera creer que hubo una detención”, dice. En el lugar hay dos cámaras enlazadas a los Centros de Control, Comando, Comunicación y Cómputo, pero ese día no funcionaron, le aseguraron a la señora.
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“Jared nunca había tenido un desvío para haberse ido por ese lado. ¿Quién desvía a Jared?, o ¿quién le dice: ‘Hazte para allá, vete por allá’?. Para mí son policías”.
La última ubicación que da el GPS del automóvil y el celular de la empresa es en el Cerro de El Gallo, en Tlahualilo, Durango.
El 31 de julio se encontró su camioneta calcinada en los límites del ejido El Porvenir, en Tlahualilo, Durango y Las Morenas, en Coahuila.
Supuestamente se hizo un peritaje a la camioneta incendiada en el que no estuvo presente la familia. Cuando la familia fue llevada a la camioneta, encontraron pertenencias de su hijo como un reloj, cuando supuestamente las autoridades forenses habían hecho todo un barrido.
“Lo peor que pudimos permitir es haber encontrado las pertenencias de Pablo Jared, y no haber exigido ese mismo día 31 de julio de 2024 que resguardaran tanto la camioneta como las pertenencias de mi hijo con los protocolos que se deben de seguir”, reclama Janeth Adame.
La madre está convencida que su hijo no llegó a Tlahualilo, sino que el automóvil fue “plantado” en la zona y quemado para borrar evidencias. Además, haber encontrado el vehículo en los límites de Durango y Coahuila generó que se involucraran las fiscalías de los dos estados, las cuales, para la señora Adame, no se ponen de acuerdo y se desentienden de sus responsabilidades.
Es fecha, asegura la madre, que las autoridades no pueden determinar una línea de investigación. “Es un caso insólito, viera que hay casos insólitos”, le dijeron en Coahuila. “No se preocupe, señora, después de un año hemos encontrado gente”, le dijeron en Durango.
La señora Janeth dice que además de luchar contra la ausencia de su hijo, es luchar también contra tantas instancias negligentes.
Sin claridad en el caso
En octubre de 2024, un mensaje anónimo en la página Alerta Roja en La Laguna, de Facebook, refería que el día de la desaparición de Pablo reportaron que, en la policía de Francisco I. Madero, había un joven en el ejido Lequeitio detenido por dos policías a quienes “se les pasó la mano”.
El mensaje aseguraba que el joven no había aguantado los golpes y que del cuerpo ya no se supo nada, mientras que dos policías se habían llevado la camioneta. “Pueden revisar cámaras de seguridad pública para que vean la entrada de la camioneta o de las celdas y ver la entrada de Pablo Jared”, decía el mensaje.
Las autoridades siempre han negado que exista alguna relación entre la policía local y la desaparición del joven. La madre logró obtener videos de la policía donde se observa una ambulancia. Pero las autoridades aseguran que las grabaciones no corresponden ni al mes ni al año.
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Su hijo cargaba con dos tarjetas, una personal y otra de la empresa. Únicamente de la tarjeta de la empresa hay resultados, pero a un año, no les pueden concretar fecha y hora exacta del uso que tuvo el día de su desaparición.
Otra irregularidad es que la familia ha hecho el recorrido de Pablo de acuerdo con la trayectoria del GPS y contabilizó 54 cámaras, 32 del municipio de Torreón.
“Sólo me han proporcionado un video donde mi hijo llegó a cargar gasolina y dos fotos a la altura del TSM. ¿Dónde quedaron las 32 cámaras? Me es totalmente inaceptable, por qué obstruyen tanta información”, cuestiona la madre.
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José Ángel Herrera, titular de la Fiscalía de Personas Desaparecidas en Coahuila, reconoce que no hay una línea de investigación determinada, pero que hay aspectos que necesitan ser acotados para que la investigación tenga claridad.
Asegura que se han realizado diversas acciones de búsqueda e investigación y que la familia ha solicitado retomar varios puntos que no les quedan claros.
En 2024, el Comité contra las Desaparición Forzada de la ONU emitió la acción urgente 1891/2024, sin embargo, la familia ha denunciado que las autoridades emitieron un informe lleno de simulaciones burocráticas. Además, también han solicitado que las autoridades federales atraigan el caso, pero no han tenido éxito.
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“Me duele en el alma decir un año”
Janeth Adame dice que su dolor más grande es imaginarse lo que su hijo vivió, lo que pudo haber vivido o lo que esté viviendo.
Janeth cuenta que en una ocasión se sentó en una mesa donde estaban distintas dependencias de gobierno y les dijo: “No quiero ser una mamá de dos años, de 15 años, de 20 años, buscando a un hijo”. A un año sin saber nada de Pablo Jared, su segundo de tres hijos, la madre siente que va por ese camino.
“Me duele el alma decir un año que no está Pablo Jared. Necesito encontrar a mi hijo”.
Este miércoles, familiares de Pablo Jared se manifestaron en la carretera Torreón-San Pedro, justo en la desviación al ejido Albia, en protesta por haberse cumplido un año de la desaparición del joven.