Apatzingán.— Para los de Michoacán hay luto en el campo, por el asesinato de su líder , presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, pero también la necesidad de trabajar para llevar sustento a su familia.

Entre un fuerte dispositivo de seguridad, la jornada en esta zona de la Tierra Caliente inició a las 4 de la mañana con la concentración de las cuadrillas de cortadores de limón en las inmediaciones del Monumento a Lázaro Cárdenas.

“Se lamenta la muerte del compañero Berna, pero ya nada se puede hacer, pues hay que echarle ganas, no hay más, ni modo de echarle pa’ tras, puro pa’ delante, jefe. Ahora que si no trabaja uno no come, y hay muchas familias que dependen de esto”, dice José Guadalupe, un jefe de cuadrilla.

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Para Marino Cendejas, un cortador de limón, será importante que no se suspenda o haya paro en la actividad citrícola porque de esta cadena productiva dependen muchas familias.

El jornalero está consciente de las implicaciones de esta actividad y de las condiciones de violencia que se viven en el campo y en esta región, que acabaron con la vida del líder citricultor.

“A pesar de lo ocurrido, así nos arriesgamos a que por allá [en las huertas] nos pase algo, y pues uno sale, pero quién sabe si regrese a la casa. Uno sale con bien, pero de que vuelva quién sabe, pero pues el de arriba nos ayuda”, expresó.

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Una vez contratadas las cuadrillas, se desplazaron a los campos citrícolas para realizar su trabajo en el corte.

Un productor de esa zona del Valle de Apatzingán, que pidió el anonimato, señaló que, además de la violencia, los precios del limón los tienen en vilo, al igual que el destino del sector tras el asesinato de su líder Bernardo Bravo.

“Pues la crisis económica que está viviendo la región del Valle de Apatzingán es en gran parte derivada por la situación de los precios tan bajos de limón que han permanecido durante el último año y, pues, por la situación de inseguridad que envuelve todo el comercio de limón”, señala.

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Lamentó que trabajen para no tener ganancia, “y no sabemos dónde queda nuestro dinero, pero sabemos que no es en nuestras manos, pues la mayoría de los productores estamos endeudados. Hemos recurrido a solicitar créditos en las tiendas de insumos o a pedir préstamos para vender nuestras pertenencias para poder mantener las producciones”, explicó.

El productor agregó: “Pues estamos en un momento de mucha incertidumbre. Con el asesinato del líder de los citricultores nos han dejado a todos en una situación de dudas, de no saber qué es lo que va a pasar ni cuál es nuestro futuro. No vemos en este momento muchas soluciones. No sabemos, todos tenemos miedo y bajo el miedo pues es muy difícil actuar”.

Por la noche, las autoridades informaron la detención de dos personas, presuntamente operadores de los líderes relacionados al asesinato de Bravo Manríquez.

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