
María Penella es heredera del talento de su abuelo Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, y como él toma muy en serio al público infantil, por eso es que a pesar de ya haber hecho obras como El hombre de La Mancha, Los Miserables o Pequeña voz, el enfrentarse a un texto como La niña, la barca y el canario, que se presenta a partir de este fin de semana en el Foro Lucerna; es para ella igual de desafiante y exigente que las antes mencionadas.
“Esto me gusta mucho porque creo que será un público distinto, porque los niños y niñas tienen una mirada inquisitiva y a veces con un juicio bastante afilado”, comentó María Penella.
Esta obra creada por la dramaturga Maribel Carrasco, cuenta la historia de una niña que despierta en medio de los escombros de su casa después de haber escuchado una gran explosión. Ella entiende que no puede quedarse ahí y antes de partir busca a su canario, quien está maltrecho, y comienza una aventura donde enfrentará sus miedos.
“Es una obra escrita y pensada para las infancias, su historia aborda el tema de la migración, entonces resulta ser una puesta en escena súper actual. Es un texto precioso que a la vez trata esta situación tan dura y cruda como la migración de niños, es también un cuento muy poético”.
En esta puesta en escena, María tiene el desafío de comunicar mucho sin palabras, ya que tiene en sus manos el personaje del canario.
“Esto ha sido muy interesante, comenzando porque no tengo el tamaño de un canario, entonces es apelar a la imaginación de las niñas y los niños, porque tampoco hablo o canto, entonces ha sido complicado habitar esas exigencias escénicas”.
Penella dijo que hay un personaje que se convierte como en el espíritu guardián de la niña, que es la abuela, interpretado por Verónica Langer, quien tiene a veces la figura metafórica de la barca.
“Es quien las carga, las mece y las arrulla, que las lleva por un mar de incertidumbres y peligros, ese es el recuerdo de la abuela. La obra se centra en la travesía, en el presente de la niña migrando y en el espíritu de resiliencia y sobrevivencia que ella tiene. Al ser nieta de una migrante tiene una serie de lecciones que aprendió y que quiere llevar a cabo, aquí se habla de los pasos a seguir para salir adelante”.
Aunque no es el tema principal de la obra, también se aborda un poco la pérdida, porque no importa si se mudan las personas a otro país, hablando físicamente, o dejan ir lo que les estaba afectando emocionalmente, todo ello representa un duelo.
“No hay momento más actual para esta obra que resuena demasiado cerca, no sólo por lo que sucede en EU o Palestina, también en México por la migración interna que tenemos por distintas causas, ya sea por violencia política o doméstica, es un tema tan global que inevitable resuena”.
María explica que la pregunta qué hace esta historia al público es: ¿de dónde sacan fuerzas los niños y los pájaros fuerza para migrar? Porque la protagonista de esta obra deberá cruzar un océano sólo acompañada por un canario, qué está tuerto, desplumado y ya no canta; por eso no es una obra para niños pequeños, sino de 10 años para arriba.
“Le habla de manera muy directa a las infancias, porque no subestima su inteligencia”.