La noche del 7 de septiembre de 2017, Marcela Alvarez se encontraba en el piso 21 de un edificio de la Ciudad de México cuando inició un temblor mayor a los 8 grados, que la hizo ver toda su vida.

“En ese momento me despedí (mentalmente) y dije: si este es el momento de irme, hasta aquí llego, estoy agradecida con la vida”, recuerda la colombiana.

Esa vez no pasó del susto, pero casi dos semanas se dio el terremoto vespertino del día 17 y a la actriz de “Club de Cuervos” y “Yo Potro” se encontraba en la céntrica avenida Paseo de la Reforma y entró en shock.

“Estaba por la zona del Caballito y empezaron a crujir los edificios, dos horas antes había sido el simulacro y no supe qué hacer. Fue hasta que un chavo se acercó conmigo que me dijo que me calmara y me pusiera a mitad de la calle, que no pasaría nada”, cuenta.

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Al final, Marcela no viene un país sísmico. Sabía de que México si lo era porque desde niña había escuchado del terremoto de 1985, causante de miles de muertes y decenas de edificios derrumbados, y que por ello se había cambiado la cultura cívica y el reglamento en construcciones.

Así que cuando le llegó la invitación para formar parte de la , cuya segunda temporada acaba de ser lanzada en Prime Video, no lo pensó mucho.

En la producción, que aborda los sismos del 19 y 20 de septiembre de 1985, interpreta a la esposa de un alto funcionario gubernamental (Antonio de la Vega, “Narcos: México”) quien junto con el secretario del Presidente de la República, se coluden para que no llegue ayuda internacional; la FIFA no quite la sede del Mundial del año siguiente y llevarse dinero.

“Obviamente lo que viví en 2017 no se compara con lo que pasó en el 85, pero use eso como una referencia para entender la magnitud de lo que estábamos contando y sirvió”, apunta.

“Cada minuto cuenta” sigue en especial a un doctor del derrumbado Hospital Juárez (Osvaldo Benavides) , quien intenta rescatar a pacientes y compañeros sepultados y a una reportera (Maya Zapata) que va descubriendo cosas raras en el gobierno.

“Las lecturas del proyecto eran brutales, con Antonio fue ir construyendo la historia de ambos personajes. Justo hay una escena donde la mirada del mío hacia él es de coraje, pero al mismo tiempo de tristeza porque sabe que igual ya no lo vuelve a ver”, destaca.

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