
El personaje de “Marco Barragán”, émulo de “Quico” en la serie “Chespirito: seguir queriendo”, ya le está ocasionando problemas a su actor Juan Lecanda.
Si en los anteriores capítulos el personaje ya era odiado por un sector del público, al querer dejar a la compañía del “Chavo del 8” por ambición, en el episodio que se estrenó este jueves ya se le muestra haciendo contratos por su parte.
Lecanda es un actor que actualmente puede ser visto en "Cotorreando la noticia" del canal adn40.
“Empieza a ser un poco el villano, uno de los antagonistas, y ya la gente en el trabajo, de la calle, me dice que les choca, que les cag.. y cae mal. Y pues ese era el chiste, un poco como el factor Luisito Rey en Luis Miguel (serie), que era odiable”, comenta Lecanda.
La ventaja, hasta el momento, es que el “odio” del público se ha concentrado en el personaje de Margarita Ruiz, simil del de Florinda Meza, que recae en manos de Bárbara López (“Amar a muerte”).
Mientras la serie la ha mostrado como una mujer que comienza a coquetear con “Chespirito”, a pesar de que ella está comprometida con el productor y él casado y con hijos, el público ha trasladado eso a la vida real e ido sacando videos en donde Meza presuntamente maltrataba a Gómez Bolaños.
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Los nombres originales de Carlos Villagrán “Quico” y el de Florinda Meza “Doña Florinda” no fueron utilizados por cuestiones legales.
“En efecto, hay muchos memes de que Doña Florinda es la abuela de Angela Aguilar, pero al final del día la serie es una historia contada de una manera muy elegante, sofisticada, de parte de los hijos de Chespirito que fueron los escritores, es su visión", dice Lecanda
“Ya como encaje en el consciente colectivo es otra conversación; depende de los elementos culturales, sociales, lo que hace que la gente la interprete desde diferentes trincheras. Yo creo que más que polarizar debemos llegar a un punto en que todos quepemos, nos toleremos y podamos vivir en sociedad y respetarnos”, considera.
Lecanda recuerda que de niño “Quico” era su personaje favorito. Y ya más grande reconoció en Carlos Villagrán quizá como el que mejor mostraba lo fársico y el clown.
Pero la manera en que lo muestra “Chespirito: sin querer queriendo”, no es algo que le sorprenda.
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“Si leí la autobiografía de Don Roberto y no es un secreto que siempre existió una guerra de egos, de celo profesional y que Don Roberto no apreció el que Carlos los haya dejado e ido a Venezuela. Ya quedará en cada quien entender lo que pasó. Yo lo que siento es que en la vida no hay negros y blanco, no creo que Carlos haya sido tan malo como mucha gente dice, pero tampoco Roberto como el Santo que muchos creen.
“Lo interesante de la serie es que a todos los humanizan. A Roberto lo ponen como un tupo vulnerable, frágil, que tiene tentaciones y eso es lo que hace que conecte con la gente”, subraya.
Hasta ahora no ha tenido oportunidad de entablar comunicación con Villagrán, a quien espera algún día conocer.