“Todos tenemos la capacidad de hacer el bien o el mal dentro de nosotros, y nos intriga saber por qué algunos eligen el mal y otros no. Esa es una fascinación humana fundamental”, afirma Joe Berlinger.

El director y productor estadounidense habla en entrevista con en el marco de DocsMX, Festival Internacional de Cine Documental de la CDMX.

Con títulos como Conversaciones con asesinos: las cintas de Jeffrey Dahmer (2022), Metallica: Some Kind of Monster (2004), Ted Bundy: durmiendo con el asesino (2019) y Hitler and the Nazis: Evil on Trial (2024), Berlinger se ha consolidado como una de las figuras más influyentes del cine documental contemporáneo.

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El realizador, nacido en los años 60, ha explorado el lado más perverso de la mente humana, con los actos más viles y repugnantes abordando casos de asesinos seriales y crímenes reales con una mirada crítica y ética. A través de una investigación rigurosa, ha retratado figuras como Ted Bundy, Jeffrey Dahmer y John Wayne Gacy, entre otros.

Berlinger destaca que algunos de sus documentales han tenido un impacto real en el sistema judicial, al lograr la liberación de personas condenadas injustamente, como en Paradise Lost y The Thin Blue Line.

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¿En qué basas tus decisiones al elegir qué partes de una historia incluir en un documental?

Me pregunto: ¿hay algo que pueda cambiar? ¿Alguna aguja que pueda mover? Por ejemplo, si se trata de un asesino serial desconocido, ¿puedo ayudar a resolver un crimen? En el caso del programa que hice para Netflix sobre JonBenét Ramsey, la niña de seis años asesinada cuyos padres fueron falsamente acusados, me di cuenta de que ellos eran inocentes. Esa fue mi razón para contar la historia: cambiar una perspectiva.

A veces, mis documentales incluso han ayudado a identificar nuevas víctimas de asesinos seriales. Necesito asegurarme de que haya suficientes detalles para que la historia sea entretenida, y luego confirmar que haya una buena razón para contarla, para generar un cambio real.

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Las personas sobre las que has trabajado han sido asesinos seriales famosos. ¿Has tenido problemas con las víctimas?

Siempre me aseguro de que las familias estén de acuerdo con que se cuente. Si alguien no quiere que se relate porque le causará más dolor, simplemente no hago el proyecto.

Una vez tenía una película de ficción llamada Facing the wind, con actores como Vera Farmiga, Evan Rachel Wood y Alessandro Nivola. Y luego la persona sobre la que trataba la historia me contactó. Aunque al principio había dicho que sí, me dijo: “Arruinarás mi vida si haces esta película, porque ahora tengo un nuevo trabajo, mi hija y yo tuvimos muchos problemas, pero ya los superamos”, así que cancelé la película.

A veces las víctimas no responden, y debo decidir si continuar o no. Pero es importante contactarlas.

Ryan Murphy, por ejemplo, hizo Dahmer para Netflix yo realicé Conversaciones con un asesino: las cintas de Jeffrey Dahmer. Yo, en cambio, contacté a todas las familias y cuando ambas producciones se estrenaron fue la de Ryan Murphy la que recibió críticas de las víctimas.

También trabajé en el caso de JonBenét Ramsey y pasé mucho tiempo con su padre, John Ramsey. Antes de incluir detalles perturbadores de la autopsia, lo consulté con él. Ahora se prepara una serie de ficción sobre ese caso, protagonizada por Melissa McCarthy, y John me comentó que nadie del equipo lo contactó. Me parece muy extraño que los realizadores de ficción casi nunca lo hacen.

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¿Por qué crees que este tipo de historias atraen tanta atención del público?

En el siglo XIX la gente compraba boletos para asistir a ejecuciones públicas. En los años 30 se vendían entradas para juicios por asesinato. En los 50 existían más de 10 mil revistas y folletos de crímenes reales. La fascinación siempre ha existido; lo que ha cambiado es el medio. Creo que nos atrae el crimen porque todos nos preguntamos qué lleva a alguien a hacer el mal.

También pienso que las mujeres, en particular, sienten un interés especial por el true crime porque enfrentan peligros cotidianos más que los hombres. Mirar al mal directamente puede ser una forma de comprenderlo y protegerse.

Además, muchas personas disfrutan intentar resolver misterios. Mi película Paradise lost y la de Errol Morris, The thin blue line demostraron que el cine puede liberar a inocentes. Yo mismo he logrado que siete personas injustamente condenadas salgan de prisión, tres de ellas del corredor de la muerte.

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¿Qué consideras esencial para mantener la autenticidad?

El documental es un equilibrio entre narración, periodismo y activismo. Hay que mantener al público interesado para que siga mirando y hacerlo de manera responsable. No puedes sacrificar la verdad.

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