
Alejandro Sanz atraviesa días complicados. Esta semana, Ivet Playà, una exfan española, aseguró públicamente que mantuvo una relación íntima con el cantante cuando era menor de edad, lo que desató una ola de reacciones en redes sociales.
Aunque Sanz ya había respondido a las acusaciones en su cuenta de Instagram, donde mencionó que guarda un buen recuerdo de la joven como “dos personas adultas compartiendo su cariño y siendo libres” y lamentó que eso haya terminado, ahora pidió pasar página. Desde su cuenta de X (antes Twitter), escribió:
“Buenas noches familia. ¿Podemos seguir a lo nuestro? Os quiero. Gracias por confiar en mí”.
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El cantante había sugerido que el testimonio de Playà surgió tras su negativa a participar en un negocio familiar que ella le propuso en mayo. En esa misma respuesta, dejó claro que no está involucrado en conductas inapropiadas.
En su publicación más reciente, Sanz agradeció el respaldo de sus seguidores:“Porque la valentía y la amistad se demuestran cuando es más fácil callar que manifestarse. Gracias desde el fondo de mi corazón. Eso no lo olvidaré jamás. Os amo”.
Las reacciones han sido mixtas. Mientras algunos usuarios le expresaron su apoyo, otros lo criticaron abiertamente:“Ya no confío. ¿Cómo vas a esperar que una chica cumpla 18 teniendo tú 50?”; “Pido que se investigue a fondo, por ella y por él”; “No se puede destruir la integridad de alguien en redes sin pruebas”; “Serás respetado cuando dejes en paz a las jóvenes”; “Pedir que paren solo alimenta el morbo”.
En un video publicado en redes, Ivet relató la decepción que vivió como fan de Alejandro Sanz. Según su testimonio, tenía 19 años cuando se involucró con él, y asegura que el cantante se aprovechó de la admiración que sentía.
Él llegó a compartir sus publicaciones y mensajes en redes sociales, y más tarde le escribió de forma privada.
Su supuesto primer encuentro ocurrió cuando él tenía 49. Aunque no precisó si fue un encuentro sexual, aseguró que la relación fue enfermiza. A los 22 años, dijo, Sanz la contrató para formar parte de su equipo de trabajo.
“Jugó con mis sueños, jugó con mi ilusión. Con 22 años dejé mi hogar en Barcelona para mudarme sola a Madrid porque Alejandro Sanz me contrató para trabajar con él”, expresó.
Playà también señaló que la relación se tornó sexual y que llegó a enviarle fotos íntimas:“Me siento engañada, utilizada, humillada, incluso sucia. No sé quién ha podido ver lo que le mandaba en mi más absoluta e íntegra intimidad”.
Aseguró que decidió hablar luego de ver una entrevista en la que Sanz decía que nadie debería aprovecharse de otras personas.