

Si ya estás planeando una carnita asada para cerrar con broche de oro las vacaciones, ojo: hay un detalle importante que no puedes pasar por alto si tú o alguien de tu familia sigue las tradiciones católicas: los días en que no puedes comer carne
De acuerdo con el Código de Derecho Canónico, los católicos de 14 años en adelante deberían abstenerse de comer carne en los llamados días de penitencia. Estos son: Miércoles de Ceniza, Viernes Santo y todos los viernes de Cuaresma. Así que no, no es toda la Semana Santa... pero sí hay que poner atención en el Viernes Santo, que en 2025 cae el 18 de abril.
Ese día, según la Iglesia, se conmemora la crucifixión de Jesús, por lo que la carne queda fuera del menú.
Ahora bien, ¿qué se considera carne? Se refiere a mamíferos como la res o el cerdo, y aves como el pollo o el pavo. Pero no te preocupes: el pescado sí se vale, y también puedes consumir productos derivados como leche, huevos, mantequilla, queso o incluso salsas con grasa animal. No, no tienes que sobrevivir a base de lechuga.
Y aunque por ahí circula una frase atribuida al Papa Francisco que dice: "Come lo que quieras en Semana Santa, el sacrificio no está en el estómago sino en el corazón", ya fue desmentida por el sitio Chequeado. El Papa jamás lo dijo, ni ha promovido dejar el ayuno y la abstinencia durante estos días.
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Entonces, si tienes antojo de una carnita asada para cerrar vacaciones sin que te llamen pecador, lo mejor es esperar al sábado o armarla después del Viernes Santo, cuando ya puedes echar mano de los mejores cortes.
Y ya que hablamos de prender el carbón, es momento de resolver una de las decisiones más importantes: ¿qué tipo de asador te conviene?
Esta es la decisión inicial que debes hacer cuando quieres hacer una carne asada en forma. La respuesta no es sencilla, depende de tu presupuesto, necesidades y espacio disponible.
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En su nivel más básico podrías conseguir unas rejas y apilar unos bloques de construcción, pero no vas a poder lograr una temperatura consistente y tal vez no sea muy higiénico. Si quieres un asador en forma, te puedo recomendar los siguientes:
Si lo único que vas a hacer con tu asador es moverlo de un lugar del jardín a otro, y quieres tener todo listo, esta es la mejor opción.
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Muchas de las características de una parrilla premium a un precio más razonable, sacrificando solidez.
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Robusto, fácil de armar y práctico, con sistema de limpieza y sujetador para tapa.
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Excelente conservando la temperatura, ideal para ahumar la carne por muchas horas, es semi portátil
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Si ya viste las distintas opciones y determinaste que no tienes o quieres destinar tanto espacio para un asador, hay opciones más compactas. Estos asadores son ideales para salir y hacer la carne asada en la playa, al acampar, o en lugares como el Parque de los Dinamos o el Parque Ecológico El Batán donde está permitido.
Sólo la parrilla, con patas plegables, ideal para poner sobre una fogata
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Asador de carbón compacto, fácil de transportar y guardar, con casi todas las funciones de uno fijo
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Sin funciones adicionales, sólo espacio para algo de carne y carbón.
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Espero esté de más decirlo, pero recuerda que sin importar el tamaño, un asador de carbón no debes prenderlo en lugares cerrados o cerca de cosas que puedan quemarse.
Alcanza mejor temperatura que un asador para estufa o “fugitivo”, pero tampoco te dará el aroma de un verdadero asador. Potencia el sabor con mantequilla y sal ahumada.
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Si te gusta la carne asada pero nunca logras que quede como de restaurante, un punto clave que te puede estar fallando es el punto de cocción, particularmente con cortes gruesos.
La mejor forma de saber cuándo es seguro comer la carne y en qué punto está lista es con la temperatura interna. Para eso vas a requerir un termómetro para carne, estos son mis favoritos:
Básico y confiable, es un termómetro de lectura instantánea, tiene una sonda que insertas en la carne, intentando que la punta esté al centro del punto más grueso. Es a prueba de agua y ocupa una batería AAA incluida. Al reverso tiene una guía de temperaturas y puntos de cocción.
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Una opción muy completa, es un termómetro de lectura instantánea recargable con dos sondas, una de ellas es alámbrica y la puedes dejar en la carne mientras está en un asador tapado. Es magnético, tiene un destapador y una guía de temperaturas en la parte trasera.
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Lo mejor de tener un termómetro así en la cocina a la mano es que no sólo sirve para la carne asada, también te va a ayudar en Navidad para no cenar una pierna adobada seca, o un pavo que sigue glugluteando.
Si ya tienes un termómetro y quieres conocer la temperatura interna que buscas según el término de la carne, consulta la guía de tipos de cocción de la carne.
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Las herramientas adecuadas facilitan el proceso para y elevan tu experiencia en cada asado. Estos utensilios y accesorios mejoran la seguridad y eficiencia, son algunos esenciales que no pueden faltar en el arsenal de un buen parrillero.
El asador ideal ya está elegido, pero la carne asada perfecta es más que carbón y fuego. Es convivio, paciencia, buenos cortes y las herramientas adecuadas. Así que, ¿se va a hacer o no se va a hacer la carnita asada (pero después del Viernes Santo)?
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