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Era el momento indicado para que Cruz Azul se fuera de CU con una ventaja que encaminara la serie, pero un error estratégico cambió el rumbo. Nicolás Larcamón decidió aferrarse al control del balón y no aceleró cuando el partido pedía contundencia. Tigres aprovechó la pasividad celeste y el 1-1 deja la semifinal abierta, pero con obligación cementera en el Volcán.
Toro Fernández apareció como el respiro de una afición que comenzaba a perder fe. Desde los once pasos tomó el balón, se plantó con carácter y venció a Nahuel Guzmán para devolver el alma al estadio al 76. Su penal fue la bocanada que mantuvo vivo al equipo rumbo a la vuelta.
Antes del gol cementero, Ángel Correa había encendido la alarma con el 1-0 al 61’. El argentino aprovechó un error defensivo y silenció CU con un derechazo que puso a Tigres con media final en la bolsa. Con otro empate o una victoria, los felinos estarán peleando por el título.
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El duelo tuvo un inicio áspero, con un visitante que supo incomodar. Tigres fue más directo, exigió a Andrés Gudiño y hasta estrelló un balón en el poste con Fernando Gorriarán. Ese arranque fue un aviso de lo que Cruz Azul no logró descifrar en la mayor parte del encuentro.
La posesión celeste fue insistente pero poco profunda. Larcamón buscó variantes ofensivas, pero su insistencia terminó jugando en contra. Cuando el técnico quiso recomponer ya era tarde,la reacción solo alcanzó para una anotación y no para remontar.
El gol del empate llegó al 76’, con el uruguayo Fernández firmando el penal que desató la explosión celeste. Toro le regresó la vida a un equipo obligado a competir con valentía. Sin embargo, el reloj ya no alcanzó para más y el daño estratégico estaba hecho.
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El cierre fue dramático. Tigres insistió con transiciones rápidas y exigió a Gudiño hasta los últimos segundos. El portero respondió con valentía, pero la sensación fue clara: Cruz Azul dejó ir la oportunidad de viajar al Volcán con ventaja.
Ahora, Larcamón está obligado a remar contracorriente si quiere mantener vivo el sueño de la décima. El Volcán pesará como nunca, la eliminatoria exige gol, precisión y agresividad. Toro encendió la ilusión, pero para llegar a la final tendrán que ganar en territorio felino.
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