Citando el libro “Leyendas de la moda” de la editorial española RBA —con sede en México—, “ nació de la necesidad de su fundadora, ‘Coco’ Chanel, de ser una mujer libre y activa (…) Ella reescribió las convenciones de la feminidad a través de creaciones basadas en la simplificación, la practicidad y una elegancia relajada”.

Fue el 1° de enero de 1910, cuando abrió su primera tienda en el número 21 de la Rue Cambon, en París, lugar donde dictó hasta su muerte las reglas fundamentales del estilo francés. La pregunta que ronda hoy en la cabeza es: ¿cómo se habría adaptado una de las figuras más longevas y poderosas de la moda contemporánea al 2025?

A lo largo de los 115 años de la maison francesa ha pasado de todo: dos guerras mundiales, varios monarcas británicos, el hombre llegó a la Luna, asesinaron a Kennedy y cayó el Muro de Berlín. Todo eso mientras las mujeres dotaban de significado a la “doble C”, un emblema que esta semana vuelve a transformarse frente a las cazadoras de tendencias más avispadas que la moda conoce.

La firma pionera en el ‘little black dress’, en los zapatos bicolor y en la democratización del pantalón femenino escribe ahora un nuevo capítulo de la mano de , antiguo director creativo de Bottega Veneta, quien devolvió la confianza del público con el lanzamiento de la colección primavera-verano 2026, cierre perfecto de la Semana de la Moda de París.

Chanel regresó a ser moderno y apetecible

Respondiendo a la pregunta que planteamos antes, podemos decir que Chanel es una marca clásica, de “toda la vida”: los trajes de tweed son indispensables, las perlas un must y el acabado de sus bolsos que emula el caviar es lo necesario para un look ganador. Pero, ¿qué clase de medio seríamos si nos limitáramos a repetir lo mismo y vivir de una ilusión que ya no existe? La autenticidad de Coco no está en la repetición.

De la misma forma que coincidimos con su visión, hemos visto cómo figuras como Mischa Barton, Kristen Stewart, Jennie de Blackpink y hasta Kendrick Lamar reinventan los códigos de la marca, convirtiéndola en un verdadero objeto del deseo. Lo presentado por Matthieu Blazy nos devuelve ese Chanel que exuda autenticidad, que no se siente en crisis y que transmite kilos de personalidad.

La colección primavera-verano 2026, presentada en el Grand Palais, es un giro moderno: 77 looks completos tomaron como escenario una galaxia llena de planetas para reinterpretar el legado de Karl Lagerfeld, Virginie Viard y Coco Chanel desde un punto de vista contemporáneo, respetando la artesanía y los códigos que han estado presentes en la maison desde el siglo pasado.

El Gran Palais se transformó en una galaxia para el nuevo debut de Matthieu Blazy en Chanel. Foto: Especial. Instagram @chanel
El Gran Palais se transformó en una galaxia para el nuevo debut de Matthieu Blazy en Chanel. Foto: Especial. Instagram @chanel

Abriendo el runway con un traje masculino en tonos tierra, seguido de un segundo look con una paleta que no decepciona, queda claro que la inspiración clásica sigue vigente. La pureza del blanco se aprecia en vestidos de satín, camisas, nudos que marcan la cintura y chaquetas oversize que crean figuras; el negro hizo su aparición en pantalones que nos recuerdan que Chanel liberó a la mujer de los aburridos vestidos victorianos.

Continuando con la exploración de la silueta femenina, las faldas presentadas tienen un volumen ideal, las transparencias enamoran a la vista y los trajes de dos piezas muestran ese sello artesanal que los hace únicos. Los ribetes contrastados con botones joya, insignia de la maison, aportan un aire futurista que estábamos pidiendo a gritos.

Looks de la nueva colección de Chanel. Foto: Especial.
Looks de la nueva colección de Chanel. Foto: Especial.

La elección de bolsos más grandes, el presentar un nuevo modelo del ya clasico bicolor lanzado en 1955 y el uso de joyas XL, para enmarcar desde las facciones de las modelos hasta las prendas, fue bien pensado para una firma que durante años se posicionó en el gusto de las mujeres de todo el mundo.

Las sorpresas no pararon ahí, ya que durante el desfile se apreció ese amor al detalle que Blazy ha exportado de la anterior firma italiana y que, escarbando en los archivos de la maison francesa, supo agregar a prendas definidas para un público más conservador.

Foto: Especial. Instagram @chanel
Foto: Especial. Instagram @chanel

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El tweed, la nueva armadura del estilo

La firma más francesa de Europa —aunque profundamente influenciada por la tradición inglesa que Coco Chanel conoció en 1925— ha atravesado momentos duros a lo largo de su historia, pero ninguno tan significativo como su regreso a París después de la Segunda Guerra Mundial.

Por aquel entonces, Christian Dior esperaba el retorno de Chanel con su poderoso, aunque romántico, New Look, que buscaba redefinir la silueta femenina con un enfoque completamente distinto. La prensa crítica no dudó en lanzar severos juicios sobre el estilo de Chanel, pero en América, Vogue USA ensalzó los trajes de tweed presentados por la maison, celebrándolos como la nueva elegancia que las mujeres de la alta sociedad deseaban adoptar.

Foto: Especial. Instagram @chanel
Foto: Especial. Instagram @chanel

El tweed, desde entonces, se convirtió en mucho más que un tejido: era símbolo de independencia, sofisticación y modernidad. Su estructura ofrecía la firmeza necesaria para transmitir autoridad, pero a la vez dejaba espacio para la comodidad y el movimiento. Cada chaqueta, falda o vestido era una declaración: Chanel no solo vestía a la mujer, sino que le daba herramientas para conquistar su espacio en la sociedad.

En pleno 2025, esa propuesta histórica evoluciona hacia una armadura contemporánea bajo la visión de Matthieu Blazy. Los hombros se amplían, los trajes combinan estética y funcionalidad, y los cortes mantienen la elegancia relajada que caracterizó a la maison desde sus inicios. Con los colores clásicos de la firma —negro, blanco, beige y algún guiño metalizado— Blazy coloca el tweed como eje central de la conversación sobre moda actual, demostrando que una pieza centenaria puede ser moderna, aspiracional y absolutamente deseable.

El tweed es emblema de Chanel. Foto: Especial. Instagram @chanel
El tweed es emblema de Chanel. Foto: Especial. Instagram @chanel

¡El futuro es hoy!

Con una firma que pocas veces ha tenido cambios generales en su dirección creativa, y con diseñadores que han dado hasta su último aliento por ese puesto, podemos decir que, por más fresco e innovador que sea Chanel hoy en día, gran parte del estilo de Matthieu Blazy queda impreso en su entrega.

Si bien Chanel es una maison con historia —para la que Hedi Slimane no estaba preparado—, sus 77 looks se sienten acertados, sumando detalles únicos que robaron la atención de los asistentes y de quienes vieron las fotos en redes sociales. Gran parte del trabajo de Blazy encaja con Paraffection, la división creada por Karl Lagerfeld en 1997 para preservar talleres artesanales y aplicar su conocimiento en prendas que combinan la alta costura con el ready-to-wear.

Aunque todavía falta su debut en la Semana de Alta Costura (batalla de pesos pesados frente a Anderson en Dior), su entrega ya ha generado conversación gracias al look número 77, una falda que condensa 155 años de historia:

  • La simplicidad de Coco Chanel.
  • La extravagancia de Karl Lagerfelg.
  • La comercialización y mezcla de colores de Virginie Viard.
El look de cierre encasilla de forma hermosa la historia de Chanel. Foto: Especial. Instagram @chanel
El look de cierre encasilla de forma hermosa la historia de Chanel. Foto: Especial. Instagram @chanel

La atención al detalle de Matthieu Blazy

La colección primavera-Vverano 2026 de Chanel es, en muchos sentidos, un diálogo entre épocas: respeta la tradición, celebra la artesanía y añade detalles del presente, como siluetas XL, transparencias estratégicas y acabados que sugieren futurismo sin perder la esencia de Chanel. Así, el tweed deja de ser solo un símbolo de la historia de la maison, y los nuevos códigos de Matthieu Blazy se convierten en una propuesta que recupera la dualidad de la casa de moda:

  • Proyectar personalidad con fuerza y autenticidad, incluso fuera de la norma de Coco.
  • Tener el respaldo de 115 años que marcaron la elegancia de la forma más cómoda posible.

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