
“La mesa herida”, la pintura de mayor tamaño que hizo Frida Kahlo está desaparecida desde los años 50. Hoy hay una nueva pista que podría abrir nuevos caminos para encontrarla.
El investigador Miguel Gleason, quien ha dedicado su vida a rastrear patrimonio mexicano en Europa y América del Norte, emprendió desde hace año y medio la búsqueda de la pintura en la que Kahlo se autorretrata junto a sus sobrinos, su venado Granizo, una figura precolombina –basada en una que se encuentra en el Museo Anahuacalli–, un esqueleto y un muñeco típico de la quema de Judas.
Según lo que se sabía hasta la fecha es que la última vez que la pintura se mostró al público fue en una exposición en Zacheta, una galería en Varsovia, Polonia, en 1955. Sin embargo, tras viajar a ese país y recabar la mayor información posible, Gleason dió con Karolina Zichowicz, especialista en arte que trabajó en esa galería y quien también ha investigado qué fue de la pintura.
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“La novedad que nos da nueva luz, nuevas pistas para entender qué es lo que pasó con esta pintura es que ella encontró en un extracto de un periódico de Cracovia, a alguien, un especialista o un crítico, que habla de ‘La mesa herida’ de Frida Kahlo”, explica Gleason, en entrevista.
Se trata de un artículo de Jerzy Malina publicado en la revista “Świat i My” (“El mundo y nosotros”, 1955, nº 14, p. 3), en el que escribió:
“La exposición conmovió principalmente a las mentes más bien inactivas de Cracovia, mentes poco proclives a la polémica. Sin duda, provocará más de un comentario interesante. La confrontación entre el arte visual mexicano, ligeramente tosco pero muy expresivo, y el estilo pictórico sumamente sobrio de Cracovia -en particular nuestro aún invicto, dulce y tardío postimpresionismo- será sin duda fructífera y fomentará una reflexión mucho más amplia”.
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En el artículo se señala que fue una exposición en el Palacio de Arte de Cracovia, de la que el autor destacó el “alto valor artístico de las pinturas de caballete, entre las que encontramos obras tan modernas como La Capital y las Colonias de Xavier Guerrero, Idilio Precortesiano de José García Narezo, La Mesa Herida de Frida Kahlo y muchas otras”.
Este artículo rompe con la creencia de que la última parada del cuadro de Kahlo fue en Varsovia y ahora redirecciona la investigación a Cracovia.
Gleason, quien descubrió unas pinturas de Cristóbal de Villalpando en una iglesia francesa y el penacho de Cuauhtémoc, explica que trabaja en un documental sobre la pintura perdida de Kahlo, motivo por el que inició la investigación, una que enfrenta retos como los permisos y procesos burocráticos –explica que cuenta con apoyo de la embajada de México en Rusia– y financiamiento para la búsqueda, la producción del documental y claro, traer la obra de regreso a México: “el cuadro fue donado (a Rusia), no es tan fácil reclamarlo, pero quizás si algún multimillonario mexicano está interesado en poner esta obra en su museo, pues puede ser que también lo estemos buscando”.
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En 2020, medios reportaron que la pintura había salido a la venta, sin embargo poca información se hizo pública, se indicó que la obra no cuenta con certificado y especialistas pusieron en duda su autenticidad. Ese es uno de los retos a los que se enfrenta el investigador y su equipo, navegar entre un mar de falsificaciones, réplicas y falsos indicios.
Pero Gleason se mantiene optimista y reconoce que debe ser paciente, pues sabe que estas investigaciones llevan tiempo y agrega que no tiene prisa, pues prefiere un trabajo bien hecho.
“Yo quiero tener la esperanza de que sigue existiendo porque si no, no estaría haciendo esto que esto. El objetivo del documental es ir a buscarla, pero si no la encontramos no vamos a regresar con las manos vacías porque vamos a regresar con un documental al respecto”.