
En la exposición “Sentir un entonces y un allí”, en la galería kurimanzutto, el artista Felipe Baeza (Celaya, 1987) muestra arte con el que propone ir más allá de la norma, en una realidad alterna.
Propone “pensar en una posibilidad de crear nuevos mundos u opciones para existir en este”, dice el creador que reside en Brooklyn, Nueva York.
La serie de obras, trabajadas con la técnica de grabado, collage, bordado y escultura de vidrio, junto con sus títulos, hacen referencia al libro “Cruising Utopia: The Then and There of Queer Futurity”, del teórico cubano José Esteban Muñoz, un profesor de la Universidad de Nueva York que analizaba “cómo procesamos el ser, estar y existir”, explica Susana Vargas, doctora en historia del arte, durante una charla que sostuvo con el artista.
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A partir de la teoría de este académico, el creador representa al cuerpo fuera de definiciones y los límites impuestos por la sociedad. Esta idea de estar fuera de la norma es una de las definiciones de la palabra queer o cuir, como se escribe en español, que además de ser un término usado para hablar de género y sexualidad, se puede aplicar para todo aquello que “rechaza o tiene una alergia a ser definido”, afirma Baeza.
En sus lienzos se pueden ver cuerpos sin forma humana, árboles con ojos y manos u ojos perdidos en un lienzo de ondas de colores. “Mi trabajo se trata de vivir mi vida plena y de cómo vivir fuera del estado, de cómo crear un afuera adentro de esta burbuja. Ese proyecto que nunca vamos a alcanzar, pero hay que seguirle y dejarnos caer”, detalla el artista, cuyas obras forman parte de colecciones de arte como el Museo del Condado de Los Ángeles (Lacma), el Moderna Museet en Suecia, y el Museo Whitney de Nueva York.
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El término cuir también entra en el proceso creativo del artista, quien en su estudio no cuenta con una prensa propia para grabado y ha recurrido a la improvisación, algo que considera “dejarse caer en el proceso”.
“Estudié grabado tradicionalmente —detalla el egresado de la escuela de Bellas Artes de la Universidad de Yale— y llegué a un espacio donde ya no tenía taller de grabado y básicamente el piso de mi estudio se volvió la prensa: hay un plástico en el piso donde hay mucho pigmento y agua y dejo caer el papel algodón para que absorba todo lo que pueda y me encanta que es un proceso muy abstracto y difícil de controlar. Es esto de dejarte caer en el proceso y dejar pasar todas las cosas que puedan pasar”, detalla Baeza.
“Sentir un entonces y un allí” estará abierta al público hasta el 2 de agosto.
melc