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Más de 260 personas de Iberoamérica, de 82 ciudades de 22 países, representados por Jorge Melguizo, quien fuera secretario de Cultura Ciudadana de Medellín, Colombia, exhortaron ayer a los ministros y representantes de los Estados Parte de la UNESCO, reunidos en Mondiacult 2025, a “destinar no menos del 1% del gasto total de los presupuestos nacionales, departamentales y locales al financiamiento estable, continuado, progresivo y no regresivo de las instituciones de cultura”.
El consultor en cultura, convivencia y hábitat, a nombre del grupo de expertos que se reunieron la semana pasada en Bogotá en el Encuentro Ciudades y Culturas en Iberoamérica —del que salió esta declaratoria que denominaron Carta de Bogotá—, afirmó ante representantes reunidos en Barcelona que los organismos multilaterales y los gobiernos nacionales tienen el deber, hasta ahora incumplido en una buena parte del planeta, de hacer prioridad el fortalecimiento de las instituciones culturales: de todas, de las culturas locales, subregionales y nacionales.
“Se ha quedado solo en el discurso, la intención de que el 1% de los presupuestos nacionales se destine a la cultura. En casi ningún país se cumple. Es hora de que ustedes asuman la decisión global y con voluntad política, programática y presupuestal conviertan el 1% de los recursos en recursos para la cultura. Es imperativo”.
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Melguizo también llamó a integrar esta asignación como garantía estructural que fortalezca la salvaguardia comunitaria del patrimonio cultural inmaterial y vivo, la mejora de museos, bibliotecas, centros comunitarios y casas de cultura, y la condición del artista, especialmente ante afectaciones por la pandemia de Covid-19 y el impacto de las IA.
“Debemos cambiar nuestros propios modelos de gobernanza para ampliar las democracias internas en los proyectos culturales. En estos tiempos necesitamos también nuevos liderazgos renovados para enfrentarnos a los extremismos y a los odios que llevan a esos extremismos. Tenemos que ser capaces de construir, formar, fortalecer, difundir y expandir la capacidad de liderazgo que tenemos para ayudar a conducir a nuestras sociedades a mejores escenarios de convivencia, reconciliación, paz y justicia”, dijo.
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