"Liberté, Égalité, Fraternité". "Libertad, Igualdad, Fraternidad"

Maximilien de Robespierre acuñó la frase que se convertiría en el lema nacional de Francia, como una nueva forma de organizar una sociedad quebrantada por siglos de subyugación.

Las libertades individuales están consagradas en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, proclamada en 1948.

El concepto de libertad individual —entendida como los derechos fundamentales de la persona frente al Estado, como la libertad de expresión, de movimiento, de asociación, de religión, la integridad física, el debido proceso, etc.— está presente en la mayoría de las constituciones del mundo, aunque varía su forma, profundidad y garantías.

Algunos países autoritarios o con regímenes híbridos incluyen declaraciones formales de libertad individual, pero no las respetan en la práctica (por ejemplo, Corea del Norte, Irán y China).

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En México vamos por mal camino. Ayer me interceptó caminando por la calle una señora muy amable que me pidió apoyo para las madres buscadoras. Después me quedé reflexionando cómo hemos normalizado ese concepto que ni siquiera debería existir en nuestro vocabulario: madre buscadora. ¿Por qué tendría una madre que buscar a sus hijos?

Investigué un poco. Resulta que en nuestro país se reporta un promedio de 10,000 personas desaparecidas al año. 27 personas al día, una cada hora del día y de la noche. Cuando termine usted de leer su periódico, habrá desparecido una persona más en nuestro país, y habrán sido asesinadas otras tres. Ese es el tamaño de la tragedia. Por eso hay legiones de madres buscadoras desesperadas, intentando encontrar a sus hijos desaparecidos.

Pero hoy en realidad me quiero referir a otras de nuestras libertades en riesgo, que son la de expresión y la de publicación.

La censura ha estado presente en toda la historia de la humanidad. La eminente autora Irene Vallejo escribe en su célebre obra “El infinito en un junco”, que “La palabra escrita ha sido tenazmente perseguida a lo largo de los siglos…”.

Nos cuenta que, en la antigua Roma, “el poeta Marcial pudo presenciar la ejecución de Hermógenes de Tarso, un historiador que molestó al emperador Domiciano con ciertas alusiones contenidas en su obra. Para mayor escarmiento, sufrieron también pena de muerte los copistas y libreros que pusieron en circulación el volumen maldito.”

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De acuerdo con la organización de Reporteros sin Fronteras, México ocupa el lugar 124 en libertad de prensa a nivel mundial, por debajo de Nigeria. Además de ser uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, los ataques a las libertades de expresión y de publicación han ido en aumento de manera alarmante.

El periodista Héctor de Mauleón y este diario sufrieron hace poco la censura del Tribunal Electoral de Tamaulipas por su columna: "Huachicol y poder judicial en Tamaulipas".

En una nota de El Universal se puede leer: “Entre las medidas cautelares, se exigió eliminar la nota donde se menciona a la candidata Tania Contreras y no volver a hacer alusión a su nombre, porque las sanciones, explicó, van desde multas económicas hasta arresto.” Afortunadamente Domiciano ya no está con vida.

Ni Héctor de Mauleón ni El Universal se han dejado intimidar y continúan valientemente la lucha en favor de la libertad de expresión y de publicación.

Más recientemente, una sentencia en contra de la editorial Penguin Random House en México pone en riesgo la libertad de expresión y a la industria editorial en su conjunto.

En 2023, Televisa solicitó que se incluyera una carta de réplica dentro del libro “Las señoras del narco: Amar en el infierno” de Anabel Hernández. Penguin Random House negó la solicitud, argumentando que la editorial no es un medio de comunicación como sí lo es la televisora y que Televisa cuenta con sus propios medios y canales para responder públicamente.

El caso fue juzgado en primera instancia y se resolvió contundentemente a favor de Penguin Random House, con base en el criterio de asimetría, pues la televisora no tiene barreras de acceso a los medios de comunicación y puede hacer una réplica en sus propios canales y espacios.

El derecho de réplica es un derecho de los ciudadanos frente a los medios de comunicación, no un derecho de los medios de comunicación frente a otros agentes informativos, pues son los ciudadanos quienes tienen barreras de acceso a la opinión pública para difundir su mensaje, no los medios de comunicación, como lo es Televisa.

Sin embargo, de manera sorprendente, El Tribunal Colegiado de Apelación del Vigésimo Sexto Circuito en La Paz, Baja California Sur, que no es especializado en la materia, recibió el caso y revocó la decisión del juzgado especializado de la Ciudad de México.

Preocupan ciertos procedimientos irregulares, como la participación de un secretario en funciones de magistrado y la falta de análisis de pruebas presentadas. Es de notar que no hay antecedente de derecho de réplica en libros en ningún lugar del mundo.

Esta situación hace imposible la labor editorial en libros e induce a la autocensura sobre todo en investigaciones periodísticas, como el señalamiento de actos de corrupción, tráfico de influencia, negocios ilícitos, etc. El fallo del Tribunal de La Paz es un claro atentado contra la libertad de publicación.

El tribunal ordenó a Penguin Random House insertar el derecho de réplica de Televisa en el cuerpo del libro de la periodista, modificando su contenido original. El precedente de una sentencia así sería grave en verdad. Significa que los libros podrían estar plagados de textos de derecho de réplica de gente a la que no le pareció algo que escribió el autor o la autora. Es un escenario orwelliano.

Esa sentencia de apelación no es definitiva y Penguin Random House ha presentado ya un amparo en su contra, por lo que el litigio continúa.

De acuerdo con el prestigiado instituto V-Dem de Dinamarca, el 75% de la población mundial vive en regímenes autocráticos, a los que les incomodan las opiniones diferentes a la narrativa oficial, por lo que persiguen la libertad de expresión en una guerra sin cuartel. Sin embargo, valientes escritores y escritoras, editores y libreros no nos hemos dejado amedrentar y continuamos publicado y distribuyendo las obras del conocimiento, aunque sean incómodas para el poder.

Nos cuenta Irene Vallejo que, tras la fetua del ayatolá Jomeini en contra de Salman Rushdie, por su obra “Versos satánicos”, “el traductor al japonés del libro, Hitoshi Igarashi, fue asesinado; el traductor al italiano, Ettore Capriolo, fue apuñalado, y el editor noruego William Nygaard sufrió tres disparos en su propia casa.”

A pesar de todas las amenazas, “La editorial Penguin jamás se planteó retirar el libro de las librerías, aunque ello implicase que su personal tuviese que llevar chalecos antibalas.”

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