“La Orquesta Filarmónica Jalisco (OFJ) es un instrumento maravilloso”, afirma José Luis Castillo, director artístico de la OFJ, sobre la Gira Nacional 2025 que está a punto de arrancar: “Quizá el contexto sea que se trata de una orquesta relativamente dúctil y maleable, acostumbrada a girar, al menos en el interior del estado, desde que estamos juntos. Hemos estado en el Palacio, hemos estado en el Cervantino, ahora le tocaba el turno a la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (CCU) de la UNAM. Parece ser que desde 1978 la orquesta no había estado en la Neza. También recuperamos un aliado relativamente cercano: el Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña, en Léon, Guanajuato”.
El motivo es, continúa Castillo, tratar de compartir música: “Que es lo que sabemos hacer. Compartir la buena música, bien hecha, con el mayor número de público, y enfrentar acústicas distintas, compartir territorios. Este es un poco el motivo y el contexto”.
¿Qué temas interpretó la OJF?
La programación se circunscribe a los festejos patrios de septiembre (el 17 de septiembre es la fecha para el Teatro del Bicentenario; el 19, para la Sala Neza): “En septiembre es de ley hacer repertorio mexicano, y en ese sentido interpretaremos a Carlos Chávez y Silvestre Revueltas”, dos compositores, dice, cuya presentación sobra. Explica que de Chávez se presentará “Huapango – Sandunga”, que corresponde al tercer movimiento de la suite del ballet “Caballos de vapor”, “que se desgaja como movimiento autónomo. Después viene Esquinas, de Revueltas. Será una veintena de minutos para pasar a Dmitri Shostakóvich con la Sinfonía no. 11, llamada El año 1905, que dura una hora”. Además, este año se cumple medio siglo del deceso del compositor ruso (9 de agosto).
Aunque las obras seleccionadas de Chávez y Revueltas son breves, la idea del concierto es seguir de corrido, sin pausas, “para abordar ese monumento sinfónico, ese gran fresco sonoro y sinfónico que es El año 1905, de Shostakóvich, con lo que también celebramos el 120 aniversario de esta primera revolución rusa”.
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Uno de los grandes intereses que hay al interior de la Filarmónica Jalisco es plantear la programación desde varios puntos de vista: “Sólo son 25 años desde la pieza más antigua hasta la más moderna. Son 25 años que planearon en el segundo tercio del siglo XX. Un buen análisis sería ver qué tanto se conocía de la música soviética en el México de los años 30, que comienza a conocerse hasta donde tengo entendido, por Estados Unidos. Otra lectura posible es el pensamiento sociopolítico de los tres compositores, enmarcado en los años 30, 40 y 50”.
Shostakóvich pieza esencial del concierto
“Shostakóvich basa esa sinfonía en una serie de cantos, desde cantos de prisioneros hasta cantos revolucionarios y algunos himnos que incluso el mismo Tchaikovsky recogió en su momento. Pero es una pieza hasta cierto punto, hímnica. Hay mucho de canto social y, en algún momento, esos cantos se concatenan. Es una sucesión de uno tras otro y, eventualmente, a modo de fresco melódico, se superponen”.
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En el caso de Revueltas se trata de la técnica del pregón: “Utiliza, igualmente, cantos muy breves. Reflejar ese canto del pueblo, de todas las esquinas, de todos los mercados. Básicamente es la técnica del collage, la superposición, el montaje. Es curioso descubrir cómo se superponen melodías breves relativamente reconocibles. Es una pieza demandante, compleja y particular dentro de su catálogo. Nos da muchísimo gusto abordar Esquinas en la versión del año 33 y, a nivel compositivo, es fascinante la conexión entre ambos compositores. Chávez quedaría fuera de este tratamiento melódico-compositivo”.