Para albañiles, cajeros, cocineros, jornaleros, personal de seguridad, entre otros puestos de trabajo que requieren de estar de pie en gran parte de su jornada, la aplicación de la llamada “Ley Silla” resulta compleja de aplicarse.
A casi tres meses de que entró en vigor esta legislación, su implementación no resulta tan clara, no solo para las empresas; sino también para los trabajadores.
La Ley Silla es una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) de México que obliga a los empleadores a proporcionar sillas con respaldo a sus trabajadores y a permitirles tomar descansos sentados durante su jornada laboral.
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Su incumplimiento puede llevar a la imposición de multas que van desde los 28 mil pesos hasta los 282 mil 850 pesos como máximo, lo que haría quebrar a una fonda, a un pequeño negocio o un taller familiar, en donde en ocasiones es complicado tener un momento de descanso debido a la dinámica de estos establecimientos.
“Lo complicado es dónde poner las sillas y definir un horario”, dicen empresarios
Carmen, quien trabaja como personal de seguridad privada, ve dos problemas con la Ley Silla: uno, que la gente de su sector, al sentarse se relaja, ven el celular y hay posibilidad de que, en un descuido, entre un ladrón.
Desde hace cinco años trabaja en una empresa que ofrece servicios de seguridad, actualmente está en un centro comercial y hace dos meses les proporcionaron una silla para descansar, “unos 5 minutos cada hora”, pero afirma: “mis compañeros abusaron, se ponían a ver el celular y descuidaban la puerta, por eso la empresa está repensando” el descanso.

“Lo complicado es dónde poner las sillas y definir cuándo debe ser el lapso en el que pueden descansar los trabajadores”, afirmó el socio del despacho De la Vega y Martínez Rojas, Héctor de la Cruz.
Las sillas pueden ponerse “en donde físicamente el trabajador labora o cerca, pero muchas veces los espacios que tienen las propias tiendas o comercios no se prestan ni para una, ni para otra, esto requiere adaptaciones o negociaciones”.
Ley Silla: implementación depende de dinámica laboral de cada empresa y comercio
De acuerdo con la reforma se establece que los descansos deben ser espaciados y “eso también es una dificultad, toda vez que hay empresas o comercios que tienen un ciclo continuo de atención al cliente, o sea que, nunca para la operación desde que abren hasta que cierran, así que hay que concederles el tiempo de comida y descanso establecido como está en la ley, la obligación y el derecho no puede ser menor a 30 minutos en al menos 8 horas”, aseguró de la Cruz.
Sin embargo, para el especialista tampoco se trata de caer en extremos. “Tampoco habría que pensar que en cada media hora hay que llevarlo a descansar”, hay que pensar en cómo se da la aplicación de la ley, expuso.

Para De la Cruz, al final del día de lo que se trate es una reglamentación de carácter humanitario, para que el trabajador no sea sobreexplotado físicamente y que eso no traiga como consecuencia males físicos en la columna, pierna o desgaste en su salud”.
“Con que tenga el tiempo para descansar y éste sea incluido dentro del tiempo para comer y se tenga silla con respaldo que prevé la ley que puede estar al lado de él o en la caja registradora o en la entrada de la empresa, con eso se cumpliría la finalidad de la norma”, afirmó.
Ley Silla: se debe buscar comodidad de empleados
A su vez, el director general de AMITAI, Héctor Márquez Pitol, coincidió en que aplicar la Ley Silla en algunos puestos “es muy difícil, pero creo que definitivamente el tema es tratar de implementar que las condiciones de trabajo siempre sean mejores para los empleados, hay que partir de ahí y ver cosas que sean muy factibles y cómo se implementan”.
En este sentido, agregó que cada vez hay más empresas que hacen mejoras para que sus empleados estén más contentos y con menos estrés, por ejemplo, en algunos call centers o centros de atención telefónica ponen salas de espera para que se relajen los operadores y tengan tiempo de ir a despejarse.
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Señaló el caso de un mesero que se la pasa atendiendo comensales de mesa en mesa, el punto de la ley es darle permiso para que se pueda ir a sentar un tiempo.
Tiene que sentarse 30 minutos durante el día, y puede ser que se haga de una forma escalonada, o de manera organizada, pero “no a la hora qué cada uno quiera”.
Expuso que hay circunstancias difíciles para la aplicación de la legislación porque hay lugares en donde nunca hubo silla, como, por ejemplo, en líneas de producción de fábricas, y ahora sí se les tienen que dar, pero podemos decir que "en algunos puestos es más sencillo y en otros habrá mucha dificultad, pero hay que buscar con creatividad la forma de ver cómo te ayudo para que te puedas sentar un rato”.
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