Inversión de origen chino en México: tendencias, obstáculos y estrategias de expansión

Héctor Díaz-Santana
Héctor Díaz-Santana
Economía | 09-07-25 | 00:00 | Héctor Díaz-Santana | Actualizada | 09-07-25 | 00:00 |

En los últimos años, México ha emergido como un destino estratégico para la inversión extranjera directa (IED), particularmente por parte de empresas de origen chino que buscan diversificar sus operaciones fuera de Asia. Esta tendencia responde a una combinación de factores geopolíticos, logísticos y económicos que posicionan a México como un nodo clave en las cadenas de suministro globales. Sin embargo, el éxito de estas inversiones depende en gran medida de una comprensión profunda del entorno empresarial local y de una planificación estratégica adecuada.

México ofrece una serie de ventajas competitivas que lo hacen atractivo para las empresas de origen chino. Su ubicación geográfica privilegiada, con acceso tanto al Pacífico como al Atlántico, facilita el comercio con América del Norte, América Latina y Asia. Además, cuenta con una fuerza laboral técnica altamente capacitada y culturalmente comprometida con la calidad, así como con universidades que forman profesionales en disciplinas clave para la industria.

En sectores como la manufactura y el automotriz, la inversión de origen chino ha sido particularmente activa. También se observa un creciente interés en servicios financieros, especialmente en microcréditos, lo que refleja una diversificación de intereses hacia el mercado interno de México y América Latina.

No obstante, nuestro país también presenta desafíos. A diferencia de algunas naciones del sudeste asiático, en México el apoyo gubernamental varía según la región del país. Por ello, es crucial contar con asesores legales y de negocio que orienten a la empresa desde las etapas iniciales del proyecto, y evitar algunos de los errores comunes, tales como:

• Subestimar la complejidad del cumplimiento fiscal y aduanero, que en México es extenso y riguroso

• No planificar adecuadamente las secuencias de registro y promoción formal, lo que puede generar retrasos en el inicio de operaciones

• Elegir ubicaciones sin considerar la disponibilidad de servicios públicos, talento y logística, lo que afecta la eficiencia operativa

• Asignar recursos tecnológicos y humanos insuficientes en áreas clave como legal, fiscal y aduanas

• Imitar estrategias de la competencia sin adaptarlas al propio modelo de negocio, lo que puede resultar costoso y poco efectivo

En cuanto a la estructuración de las cadenas de suministro, las empresas deben considerar la vocación industrial de cada región, la disponibilidad de talento, la infraestructura logística y los beneficios fiscales locales. La adopción de tecnología para el cumplimiento normativo no solo reduce costos, sino que también mitiga riesgos de auditoría y mejora la resiliencia operativa.

La creciente inversión de empresas de origen chino en México no es una coincidencia, sino el resultado de una evolución estratégica en la forma en que las compañías globales están reconfigurando sus cadenas de suministro y operaciones frente a un entorno internacional cada vez más volátil. México, con su ubicación geográfica, su talento técnico y profesional, y su creciente infraestructura industrial, se ha consolidado como una alternativa viable y atractiva frente a otras regiones.

Además, el potencial de México no se limita a ser una plataforma de manufactura o un punto logístico. El país representa también un mercado de consumo robusto, con una población joven y dinámica, y una creciente demanda en sectores como servicios financieros, tecnología, movilidad y energía. Para las empresas de origen chino, esto implica no sólo producir en México, sino también pensar en cómo integrarse y competir dentro del mercado local y regional.

El éxito de estas inversiones depende, en gran medida, de la capacidad de las empresas para comprender y adaptarse al entorno, lo que abarca desde el cumplimiento normativo y fiscal, hasta la selección estratégica de ubicaciones, la gestión del talento y la construcción de relaciones con actores clave del ecosistema empresarial. La improvisación o la replicación de modelos ajenos rara vez funcionan en contextos complejos y diversos.

En este sentido, la inversión en conocimiento local, asesoría especializada y tecnología no debe verse como un gasto, sino como una inversión crítica para asegurar la sostenibilidad y competitividad del negocio a largo plazo. México ofrece grandes oportunidades, pero también exige compromiso, preparación y visión estratégica. Aquellas empresas que logren alinear estos elementos estarán mejor posicionadas para capitalizar el momento y construir una presencia sólida y duradera en la región.

* Socio de Impuestos y Legal de KPMG México.

**Las ideas y opiniones expresadas en este escrito son del autor y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG en México.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios

Más información