
Los sectores de energía, manufactura, construcción, transporte y minería lideran la adopción del seguro ambiental, al ser industrias con alto nivel de riesgo operativo y mayor impacto potencial en el entorno, por lo que la consultora Eikos, calcula que hacia 2030, estos productos crezcan 30%.
Esto además obedece a el aumento de regulaciones ambientales y la creciente exigencia social hacia prácticas empresariales responsables.
“Los accidentes ambientales pueden ocurrir en cualquier momento, y un solo siniestro puede generar daños irreparables tanto al entorno como a la imagen de una empresa”, señaló Alicia Martínez, Subdirectora de Daños, Autos y Fianzas de Eikos.
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“Contar con un seguro de responsabilidad ambiental no solo permite responder de forma efectiva ante una emergencia, también es una muestra clara del compromiso empresarial con la sostenibilidad, el cumplimiento regulatorio y la prevención de crisis reputacionales que podrían afectar la continuidad del negocio”, agregó.
Eikos es un grupo asesor de administración de riesgos 100% mexicano fundado en 2002, especializado en programas para empresas mexicanas que operan también en exterior del país.
Resulta que la contaminación generada por actividades industriales, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), representa cerca del 4.6% del PIB nacional en costos asociados a la degradación ambiental.
Ante este panorama, Eikos, consultoría especializada en seguros y administración de riesgos, enfatiza que el Seguro de Responsabilidad Civil Ambiental (SRCA) se presenta como una herramienta indispensable para las empresas.
Este seguro es una póliza que cubre los daños que una empresa pueda ocasionar al medio ambiente debido a su operación, incluyendo contaminación de aire, agua, suelo y afectaciones a la biodiversidad, minimizando impactos negativos y contribuyendo a la restauración de los ecosistemas afectados.
Ofrece una cobertura integral para la reparación de esos daños, la indemnización a terceros afectados y la defensa legal necesaria en caso de siniestros. Además, garantiza el cumplimiento de las normativas vigentes y ayuda a proteger la reputación de las organizaciones, al demostrar un compromiso proactivo con la gestión ambiental y la prevención de riesgos.
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“En un entorno donde la opinión pública y los socios comerciales valoran cada vez más las prácticas responsables, contar con este tipo de cobertura puede marcar una diferencia decisiva”, anotó la consultora.
Actualmente, el Seguro de Riesgo Ambiental es contratado principalmente por empresas cuyas operaciones representan un alto potencial de impacto ambiental. Entre ellas se encuentran centros de acopio, compañías manufactureras, electrónicas, médicas, metal-mecánicas, de autopartes y textiles.
Estas pólizas de Seguro de Riesgo Ambiental cumplen con los requisitos de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), cubriendo la remediación y caracterización de sitios contaminados, la restauración o compensación ambiental, la mitigación de daños, la contención y limpieza, así como la atención inmediata a emergencias.
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