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En el primer semestre, la consolidación fiscal mostró un avance positivo reduciendo el déficit presupuestario y limitando el crecimiento de la deuda pública. Es probable que estas acciones hayan mejorado la confianza de los participantes del mercado hacia la Secretaría de Hacienda, destacando la opinión positiva por parte de estos sobre los planes para mejorar la posición financiera de Pemex. En este sentido, destacamos que se dio con éxito la colocación de los bonos pre-capitalizados “Pre-Caps”, los cuales, suponemos que son parte de un plan financiero multietapa dentro de un plan integral más amplio para mejorar la sostenibilidad financiera de Pemex con apoyo del gobierno federal.
Por otro lado, los recortes en el gasto y el aumento en la recaudación hayan quitado de la economía el estímulo necesario para revertir la debilidad de la actividad económica del año pasado, la debilidad económica experimentada en 2024 (+1.2% anual) fue preocupante si se considera el enorme nivel de estímulo fiscal que se otorgó durante ese año, con un déficit histórico de 5.7% del PIB. Como resultado de las presiones observadas en las principales métricas fiscales del Sector Público en 2024, el gobierno acordó realizar importantes acciones de consolidación fiscal, los cuales ya se han visto reflejados en el primer semestre de 2025. El año pasado, la principal métrica de deuda como porcentaje del PIB, considerada por HR Ratings y el mercado, aumentó 4.8 puntos porcentuales, de 46.5% en 2023 a 51.3% en 2024.
En el primer semestre de 2025, el gasto primario (el cual excluye el costo de interés de la deuda) bajó 2.3% (nominal). Esta reducción parece baja, pero representa un fuerte cambio de tendencia después del incremento anual de 2024 cuando el gasto primario se incrementó en 13.2%. Reducir el gasto primario implica un reto para la administración pública debido a que una parte importante se orienta hacia las transferencias personales que están ligadas a la inflación. A pesar de esto, y descontando la inflación (cambio real), el gasto primario cayó 6.0% en el primer semestre. Buena parte de esta reducción fue resultado del recorte en la inversión física de 35% real. Aunque la reducción en el gasto es positiva, en el sentido de que otorga credibilidad a los mercados para el manejo de las finanzas públicas por parte del Gobierno, la contraparte es que la inversión es una herramienta muy importante para producir un crecimiento sustentable en el largo plazo.
Es importante considerar que, durante el primer año de cada administración, la inversión física se reduce mientras que se delinean las prioridades para los siguientes cinco años. Sin embargo, la expectativa de mayor inversión física en 2026 pone en duda la sustentabilidad de la consolidación fiscal que se observó en el primer semestre de 2025. Una alternativa es que el gobierno siga limitando la inversión física en 2026 para seguir conteniendo el nivel de gasto y con esto evitar que los déficits balances fiscales vuelvan a dispararse, no obstante, esto tendría consecuencias potencialmente negativas para el crecimiento de largo plazo de la economía.
Otro importante componente del gasto es el costo financiero, o los intereses que paga el sector público al obtener financiamiento. En términos generales este gasto no se puede controlar por las autoridades más que en el largo plazo y bajo la condición de que se limite el aumento en la deuda. En el primer semestre de este año, este gasto sufrió un fuerte aumento de 10.8% real. Adicionalmente, es importante notar que el costo financiero está creciendo más rápido de lo que está creciendo la actividad económica. En 2023 el costo financiero representaba 3.3% del PIB, el año pasado subió a 3.4% y se espera que para 2025 alcanzará 3.9%. Incrementos en el costo financiero limitan la capacidad del Estado para atender las necesidades de la población y fomentar el crecimiento y, por lo tanto, es importante limitar su avance.
Uno de los elementos más positivos en la evolución de las finanzas públicas durante el primer semestre fue el fuerte aumento en la recaudación tributaria. Gracias a la reducción en la evasión y mejoras en la eficiencia operativa, el gobierno federal pudo aumentar los ingresos en 8.0% real, siendo especialmente importante el aumento en el Impuesto Sobre la Renta y el IVA. Derivado de lo anterior, Hacienda puede posponer para el futuro posibles aumentos en las tasas impositivas. Del lado negativo, se registró el desplome en los ingresos petroleros que sufrieron una contracción de 22.1% real. Sin embargo, los ingresos petroleros del gobierno federal aumentaron 34.4% ajustando por la inflación, mientras los ingresos retenidos por Pemex cayeron 31%.
Como consecuencia de los problemas operativos de la actividad petrolera en las últimas décadas, el desempeño deficiente del Sistema Nacional de Refinación, así como problemas de producción, Pemex ha optado por una reestructura financiera y operativa. Como ha sido el caso en los últimos años, Hacienda continúa apoyando a Pemex con aportaciones de capital para la amortización de su deuda. Quizás, el cambio más visible es la creciente participación de Hacienda y Sener en la operación y planeación financiera de Pemex. En el nuevo esquema existe un importante énfasis en la inversión de proyectos rentables y destaca el planteamiento de eliminar los apoyos financieros de Hacienda hacia Pemex a partir de 2027. Para que esto sea factible será importante que para 2027 la deuda financiera de Pemex, y su pasivo con proveedores, se haya reducido de manera importante.
Para hacer esto, sería necesario que Hacienda intercambie una parte importante de la deuda de Pemex por deuda del gobierno federal. O, que en el resto de 2025 y en 2026 Hacienda transfiera recursos suficientes a Pemex para hacer una importante amortización neta de su deuda. En teoría, la emisión de bonos Pre-Caps sería una herramienta para facilitar la reducción en deuda, colocar deuda a menores tasas y disminuir el costo financiero promedio. La reducción en la deuda tendría un efecto positivo al disminuir el costo financiero de la empresa, liberando más recursos para la inversión productiva. Otro cambio es el nuevo Derecho Petrolero para el Bienestar que tiene como objetivo reducir la carga impositiva de la empresa.
Otro elemento importante en la renovación de Pemex es el monto de inversión para aumentar su capacidad productiva. Inversión no suficientemente productiva cancelaría los esfuerzos para reducir su deuda. En el Plan Estratégico de Pemex se proyecta la evolución de la producción nacional de líquidos para llegar a 1.8 millones de barriles diarios en 2028. En el primer semestre de 2025 la producción de crudo (incluyendo condensados) era de únicamente 1.623 millones. Se espera que Pemex mantenga el nivel de 1.8 millones por lo menos hasta 2035, cuando su periodo de proyección termina. Sin embargo, se proyecta que la extracción de crudo únicamente de Pemex caiga en 2025 a 1.132 millones contra 1.543 millones esperados para 2026. El resto vendría principalmente de “Pemex Mixto” y en segundo lugar de socios de Pemex.
Aparte del desempeño en el primer semestre y la estrategia de Pemex, en el muy corto plazo es relevante ver las estimaciones de Hacienda para el segundo semestre. Para el resto del año Hacienda prevé una reducción nominal en el déficit (de 23%) pero no tan grande como la observada en la primera mitad del año (30%). Se estima que los ingresos tributarios aumenten únicamente 1.3% nominal contra el avance de 12.3% en el primer semestre. Es importante notar que, de acuerdo con las estimaciones de HR Ratings, la deuda alcanzaría 52.2% del PIB (contra 51.3% en 2024), lo cual a pesar de los fuertes recortes en el gasto en el gasto no sería suficiente para impedir que esta importante métrica aumente. En HR Ratings le daremos seguimiento puntual a la actualización de estimaciones de cierre para 2025 y 2026 que se incluirán en la publicación de los Criterios Generales de Política Económica 2026 el 8 de septiembre con implicaciones importantes en nuestra calificación soberana.
Director de Análisis en HR Ratings