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Si sientes que alguien te vigila porque cuando buscas algo de manera inmediata te aparecen por redes sociales o publicidad justo aquello que necesitas, no es casualidad, hay un big brother de la publicidad que sigue tus pasos de muchas maneras.
Imagina que entras a una tienda de autoservicio en donde existen cámaras que, con ayuda de la Inteligencia Artificial, pueden detectar tu sexo y el grupo de edad al que perteneces, te piden escanear un código QR, el cual al haber analizado tus características, te mostrará productos que podrían ser de tu interés.
Con las cámaras, prácticamente se “rastrea” a los consumidores por los pasillos que visita, se hace un recuento de lo que ve y toca, se miden los tiempos de estadía y en la línea de pago, para construir parámetros con esos datos, de acuerdo con el estudio de Teck Check y del Poder del Consumidor llamado “Vigilancia a consumidores digitales: Cómo la publicidad te perfila, discrimina y vulnera”.
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Estos sistemas, de acuerdo con las dos organizaciones, se tienen implementados en 173 tiendas de Walmart y en la mayoría de las tiendas de Sam´s Club en México.
Además de estos nuevos esquemas para recopilar información de los consumidores, los influencers también arman bases de datos de sus seguidores, a través de los programas de afiliación.

Influencers también recolectan datos para las grandes compañías
Al asignarle un código de identificación a cada fan pueden saber qué compra hizo en la tienda en línea o si adquirió un producto que le recomendaron, gracias a ello la empresa puede determinar si un influencer logró motivar una compra y así obtiene la comisión correspondiente.
Además, hay una recolección y uso de datos que venden los influencers a las empresas, sin olvidar que se pueden “promocionar productos que no han probado, que desde su experiencia no son la mejor opción o incluso en productos peligrosos para las y los consumidores”.
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Con el avance de la tecnología el siguiente riesgo es el uso de los datos biométricos, como huellas dactilares y reconocimiento facial para identificar personas y crear “perfiles mucho más inteligentes sobre el comportamiento del cliente con fines comerciales”.
El problema está que en México hay un rezago en la regulación publicitaria, mientras que en países europeos hay medidas que establecen la necesidad de proteger la privacidad y dar mayor protección a la población consumidora.
Teck Check y El Poder del Consumidor aseguraron que es necesario “investigar cómo operan las plataformas y redes sociales, exigirles transparencia y explicabilidad, frenar la publicidad abusiva, reparar los daños cuando los datos personales hayan sido expuestos y establecer límites al uso de información sensible, especialmente tratándose de niñas, niños y adolescentes”.
desa/mgm