El (BID) apoyará a México a dar el salto hacia el crecimiento de largo plazo, dijo el presidente del organismo, Ilan Goldfajn.

Para ello, se podrían movilizar hasta 25 mil millones de dólares a fin de poder invertir en proyectos anuales por 4 mil 200 millones de dólares aprovechando el marco del Plan México y acompañando iniciativas como el Sistema Nacional de Cuidados, señaló.

En entrevista con en su segunda visita a nuestro país, el jefe de la institución creada en 1959 y que constituye la principal fuente de financiamiento y conocimiento para mejorar vidas en América Latina y el Caribe, tuvo una agenda amplia y productiva que incluyó una reunión con la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo.

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Conversaron sobre cómo orientar el apoyo del Grupo BID al Plan México, con énfasis en inversión en infraestructura, energía, logística y digitalización, y en cómo movilizar más capital privado a través de BID Invest, el brazo para el sector privado.

Habló con Sheinbaum sobre cómo vincular esta agenda regional con las prioridades de México en esa área. También sostuvo un encuentro la coordinadora del Consejo Asesor de Desarrollo Económico Regional y Relocalización de Empresas, Altagracia Gómez, y representantes del sector privado.

Está convencido que México se encuentra en buen momento no sólo para perfilarse como líder en la región, sino también porque será un buen anfitrión el próximo año con el Mundial de Fútbol.

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¿De qué manera el Grupo BID puede apoyar a México para su desarrollo a largo plazo?

México ha logrado avances significativos en reducción de la pobreza y estabilidad macroeconómica. El reto ahora es transformar esos logros en más crecimiento, productividad y empleo sostenible.

El país tiene una base sólida y una enorme oportunidad para dar ese salto, aprovechando su talento humano, su dinamismo industrial y su papel clave en la integración regional.

El Grupo BID quiere ser un socio estratégico de largo plazo en ese camino.

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Ponemos a disposición financiamiento, conocimiento técnico y la capacidad de movilizar capital privado, con impactos positivos para el país y sus comunidades.

Nuestra capacidad conjunta asciende a más de 25 mil millones de dólares en seis años, unos 4 mil 200 millones anuales, combinando recursos soberanos, de BID Invest y de BID Lab, los brazos de financiamiento privado y de innovación, respectivamente.

Un elemento central de nuestro apoyo de largo plazo es que nos estamos convirtiendo en un banco multilateral de desarrollo cada vez más enfocado en potenciar al sector privado, aprovechando nuestros más de 65 años de trabajo en el sector público para crear sinergias y promover inversiones mixtas que beneficien a todos.

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Hoy, más de 44% de nuestro financiamiento fluye a través de BID Invest y BID Lab, con la meta de alcanzar 50% para 2030.

Lo haremos bajo la estrategia de “originate to share”: que nos permite originar proyectos con nuestro propio capital, pero con el objetivo explícito de atraer a más inversionistas y compartir esos riesgos y retornos con otros financiadores.

De esta manera, cada dólar que ponemos puede multiplicarse varias veces, catalizando inversiones privadas que complementen la inversión pública.

¿Hay sinergias con el Plan México que impulsa el gobierno como prioridad para aterrizar proyectos y programas como por ejemplo de infraestructura?

El Plan México es un plan ambicioso que busca transformar la economía mediante la relocalización de la industria, el fortalecimiento de cadenas de valor y una mayor integración regional.

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Vemos una gran coincidencia con esta visión desde el gobierno.

México está convocando tanto al sector público como al privado a trabajar juntos.

En esta visita dialogamos con Altagracia Gómez y con líderes empresariales en un encuentro dedicado a explorar cómo tender puentes entre ambos sectores.

Todos coincidimos en que el éxito del Plan México depende de esa articulación y de avanzar en objetivos compartidos.

Como mencioné antes, el Grupo BID ya ha puesto a disposición recursos financieros y técnicos de gran escala.

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En el marco del Plan México, esos recursos se orientan a infraestructura, energía, logística, digitalización y agua, que son centrales para la competitividad y la productividad del país.

También podemos apoyar iniciativas como los Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar, que refuerzan esa visión de desarrollo territorial.

Un polo de desarrollo, por ejemplo, podría enfocarse en el ecosistema de innovación y startups.

Además de estas prioridades, el BID también apoya áreas complementarias como turismo, financiamiento a pymes y apoyo a gobiernos subnacionales, que fortalecen la misma visión de desarrollo territorial del Plan México.

El objetivo es claro: que esta agenda se traduzca en más productividad, empleos de calidad y desarrollo regional equilibrado.

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¿Cómo va la iniciativa BID Cuida que se lanzó en marzo pasado, y en el que se iba a asesorar a nuestro país en la implementación del Sistema Nacional de Cuidados?

La presidenta Sheinbaum ha puesto a los cuidados en el centro de la agenda nacional, con la visión de construir un sistema integral y articulado que atienda tanto a quienes requieren cuidados como a quienes los brindan.

El BID comparte esa visión y tiene a los cuidados como una de las prioridades de la agenda social para México.

Con BID Cuida estamos apoyando al gobierno en el diseño del Sistema Nacional de Cuidados a través de una agenda conjunta que se concentra en tres pilares:

Diseño e implementación de la política nacional de cuidados, identificando brechas de servicios y definiendo prioridades.

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Cuantificación de las inversiones y fuentes de financiamiento, junto con la expansión de la oferta de servicios para quienes requieren cuidados y para quienes los brindan, incluyendo la formación y certificación de cuidadoras y cuidadores de personas mayores.

Ampliación de programas ya en marcha, como Luciérnaga, que fortalece las habilidades del personal de cuidado para niños de 0 a 3 años, y proyectos de cuidado infantil para poblaciones prioritarias como las jornaleras agrícolas y trabajadoras de la industria manufacturera.

El objetivo es que este sistema sea progresivo, con cobertura creciente y resultados medibles.

Queremos que México no sólo fortalezca su sistema, sino que también se convierta en un referente regional de políticas de bienestar e inclusión.

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¿Qué papel juega México en la Alianza para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo?

México es un miembro de nuestra Alianza para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo porque la seguridad ciudadana requiere instituciones sólidas, confianza de la ciudadanía y oportunidades para los jóvenes.

En solo un año, la Alianza pasó de ser un concepto a convertirse en acción, con 22 países y 12 socios estratégicos, y más de 550 millones de dólares aprobados para fortalecer la prevención, apoyar a las instituciones de justicia y ampliar programas que ofrezcan a la juventud oportunidades económicas.

La Alianza entra ahora en una segunda etapa. En los próximos tres años canalizaremos 2 mil 500 millones de dólares en seguridad ciudadana, más de lo que hicimos en los últimos 16 años.

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México, con su peso regional, puede jugar un papel relevante en este esfuerzo colectivo, y desde el Grupo BID estamos listos para acompañar con financiamiento y apoyo técnico según las prioridades que definan las autoridades.

¿Cómo puede México proyectar su liderazgo regional colaborando de manera complementaria con la agenda de América en el Centro, que impulsa integración y resiliencia en Centroamérica?

México ya es un ancla estratégica para la integración regional. La idea es aprovechar nuestro programa América en el Centro para fortalecer la integración de México con Centroamérica y, a su vez, impulsar un mayor desarrollo económico y social en el país.

Esto incluye apalancar los corredores logísticos, la interconexión eléctrica México–Guatemala, las inversiones en trenes y puertos, así como la formación de capital humano.

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Por ejemplo, se estima que las exportaciones de México hacia Centroamérica podrían crecer por arriba de 2 mil 500 millones de dólares al año, y que la extensión del Tren Maya podría atraer 300 mil turistas adicionales, generando un derrame de más de 120 millones de dólares anuales.

Más allá de Centroamérica, México también puede aprovechar de la experiencia de Brasil de innovación, en particular en sistemas de pagos.

Con estas acciones y muchas otras que el gobierno está ejecutando, México proyecta su agenda nacional más allá de sus fronteras y consolida su liderazgo hemisférico.

El BID lo apoya como socio estratégico, con financiamiento, conocimiento técnico y capacidad de movilizar inversiones.

Y, más allá de América Latina, no hay mejor símbolo del poder de México para unir al mundo que el Mundial que coorganizará el próximo año: nada une más que el fútbol.

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